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el-cuaderno-dorado_dorislessing

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creador. ¿Y en qué paso <strong>el</strong> tiempo En explicar al doctor Shackerly, un hombrecillo<br />

atemorizado, natural de Birmingham y que tiraniza a su esposa porque no sabe<br />

cómo querer a una mujer; en explicarle, digo, que debería abrir las puertas d<strong>el</strong><br />

hospital, que no tiene que encerrar a los enfermos en c<strong>el</strong>das acolchadas con cuero<br />

blanco y oscuras, y que las camisas de fuerza son objetos estúpidos. Pierdo días<br />

enteros con esto y curando enfermedades causadas por una sociedad tan estúpida<br />

que... Y tú, Ella. Tú les dices a las mujeres de los obreros que no tienen por qué no<br />

atreverse a usar <strong>el</strong> estilo y los muebles que se encuentran en las casas de sus<br />

amos, estilo y muebles diseñados por hombres de negocios que hacen dinero con <strong>el</strong><br />

esnobismo. Y a mujeres de unos y de otros, esclavas de la estupidez, les dices que<br />

salgan y se hagan miembros de un club o que se busquen un pasatiempo que les<br />

quite de la cabeza la idea de que nadie las quiere. Y si <strong>el</strong> pasatiempo no pone<br />

remedio a su situación, vienen a parar a mi dispensario... Quisiera estar muerto,<br />

Ella. De verdad. Tú no lo comprendes, claro, se te ve en la cara que no...<br />

Otra vez la muerte. La muerte sale de su nov<strong>el</strong>a y penetra en su vida.<br />

Aunque es una muerte en forma de energía, pues ese hombre que trabaja como un<br />

loco llevado por una compasión llena de airada furia y de ira, ese hombre que dice<br />

que quisiera haber muerto, no para de trabajar en favor d<strong>el</strong> desvalido.<br />

* * *<br />

Es como si la nov<strong>el</strong>a ya estuviera escrita y yo la leyese. Y ahora que la veo<br />

acabada, percibo otro tema d<strong>el</strong> que no era consciente cuando la empecé. Es <strong>el</strong><br />

tema de la ingenuidad. En <strong>el</strong> momento en que Ella conoce a Paul y empieza a<br />

quererle, en <strong>el</strong> instante mismo en que pronuncia la palabra amor, nace la<br />

ingenuidad.<br />

De modo que ahora, al volver a reflexionar sobre mi r<strong>el</strong>ación con Micha<strong>el</strong> (he<br />

dado <strong>el</strong> nombre de mi amante real al ficticio hijo de Ella, con la sonrisa de<br />

autosuficiencia d<strong>el</strong> paciente que presenta al psicoanalista las pruebas que éste<br />

desea, pero que él juzga desprovistas de importancia), percibo, sobre todo, mi<br />

ingenuidad. Cualquier persona int<strong>el</strong>igente hubiera podido prever, desde <strong>el</strong> principio,<br />

<strong>el</strong> fin de la aventura. No obstante, yo, Anna, al igual que Ella con Paul, me negué a<br />

reconocerlo. Paul dio a luz a Ella, a la ingenua Ella. Destruyó a la experimentada,<br />

escéptica y sofisticada Ella, y adormeció una y otra vez su int<strong>el</strong>igencia —ayudado<br />

por <strong>el</strong>la misma—, haciendo que se quedara flotando en las tinieblas de su amor<br />

hacia él, con su ingenuidad, que es otro término para referirse a la espontánea fe<br />

creadora. Y cuando la desconfianza de él destruyó a la mujer enamorada, ésta<br />

comenzó a pensar por sí misma y luchó para recobrar su ingenuidad.<br />

Ahora, cuando me siento atraída por un hombre, puedo medir la<br />

profundidad que tendría una r<strong>el</strong>ación con él por <strong>el</strong> grado en que se recrea en mí la<br />

ingenua Anna.<br />

A veces, cuando yo, Anna, recuerdo <strong>el</strong> pasado, siento ganas de reír<br />

descaradamente. Es la risa horrorizada y envidiosa de la convicción de mi<br />

inocencia. Ya no volvería a ser capaz de tal grado de confianza. Yo, Anna, no<br />

iniciaría una aventura con Paul... ni con Micha<strong>el</strong>. Pero, si lo hiciera, empezaría esa<br />

aventura pensando que era sólo eso, una aventura, y teniendo una idea exacta de<br />

sus consecuencias. Iniciaría una r<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong>iberadamente estéril y limitada.<br />

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