09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sensación de irrealidad: no podía acordarme de dónde estaba, si aquí, en Londres,<br />

o allí, en África, en aqu<strong>el</strong> otro edificio donde se oía al bebé llorar a través de la<br />

pared. Janet me ha mirado desde <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y ha dicho:<br />

—Ven a jugar, mamá.<br />

No podía moverme. Me he forzado a levantarme de la silla, al cabo de un<br />

rato, y me he sentado en <strong>el</strong> sueño junto a la niña. La he mirado mientras pensaba:<br />

«Es mi hija, mi propia carne y mi propia sangre».<br />

—Juega, mamá —ha repetido.<br />

Tomé unos tacos para hacer una casa, como una autómata. Me forzaba a<br />

hacer cada gesto. Me veía sentada en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, la imagen de «la madre joven<br />

jugando con su hijita»: como la escena de una p<strong>el</strong>ícula o una foto. Se lo he contado<br />

a la señora Marks y ha comentado:<br />

—¿Y qué<br />

—Es como los sueños, pero en la vida real. —Ha esperado un momento y he<br />

añadido—: Era porque me sentía hostil hacia Micha<strong>el</strong>. Eso cong<strong>el</strong>aba todo lo demás.<br />

—¿Se acuesta con él<br />

—Sí.<br />

Esperó, y yo dije, sonriendo:<br />

—No, no soy frígida.<br />

Entonces movió la cabeza, con un gesto de expectativa. No sabía qué quería<br />

que le dijera. Me ayudó:<br />

—¿Su hijita le ha pedido que jugara con <strong>el</strong>la —No sabía qué quería decir,<br />

pero puntualiza—: Para jugar. Que fuera a jugar. Y usted no podía jugar.<br />

Me enfadé, pues comprendí. Los últimos días insistió en lo mismo, una y<br />

otra vez, ¡y con tanta maña! En cada ocasión me enfadé, pero mi enfado siempre lo<br />

presentaba <strong>el</strong>la como una reacción de defensa contra la verdad.<br />

—No, aqu<strong>el</strong> sueño no era sobre arte. No lo era. —E intentando hacer una<br />

broma, añadí—: ¿Quién lo ha soñado, usted o yo<br />

Pero la broma no le hizo ninguna gracia:<br />

—Querida, usted ha escrito un libro; es una artista. —Profirió la palabra<br />

artista con una sonrisa dulce, comprensiva y respetuosa.<br />

—Señora Marks, créame, me es absolutamente igual si no vu<strong>el</strong>vo a escribir<br />

una palabra.<br />

—No le importa —precisó <strong>el</strong>la, intentando hacerme oír, más allá de las<br />

palabras no le importa, mi propia conclusión: falta de sentimiento.<br />

201

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!