09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Hoy ha venido, y por instinto he sabido que estuvo durmiendo con otra. Se<br />

lo pregunté, no porque me importara, sino porque somos dos personas en lucha.<br />

—No, ¿qué te lo hace suponer —Adoptó una expresión ávida, astuta y<br />

furtiva, y añadió—: Te daré una prueba, si quieres.<br />

Me reí, aunque estaba enfadada, y la risa hizo que me recobrara. Estoy loca,<br />

obsesionada por unos c<strong>el</strong>os fríos que nunca había sentido. Soy <strong>el</strong> tipo de mujer que<br />

lee cartas íntimas y diarios; pero cuando me río, estoy curada. A él no le gustó mi<br />

risa.<br />

—Los prisioneros aprenden a hablar de un modo especial.<br />

—Nunca he sido un carc<strong>el</strong>ero —repliqué—, y si ahora me porto como tal, es<br />

posiblemente porque tú lo necesitas.<br />

El rostro se le aclaró y se sentó en mi cama, diciendo con esa sencillez que<br />

adopta tan instantáneamente:<br />

—El problema es que cuando empezamos a estar juntos, tú diste por<br />

supuesto que teníamos que ser fi<strong>el</strong>es, y yo no. Nunca he sido fi<strong>el</strong> a nadie. Nunca se<br />

me ha ocurrido una cosa así.<br />

—Eres un mentiroso. ¿Acaso insinúas que cuando una mujer empieza a<br />

mostrar interés por ti o ve cómo eres, tú pasas a otra con toda naturalidad<br />

Soltó su carcajada franca y joven, en lugar de la hostil.<br />

—Quizás haya algo de eso... —admitió.<br />

A punto estuve de decir: «Pues pasa a otra». Me preguntaba por qué no lo<br />

decía, qué tipo de lógica seguía con él. Durante un segundo, cuando ya casi había<br />

comenzado a decir «pues pasa a otra»; me dirigió una mirada rápida y asustada.<br />

—Debieras haberme advertido que para ti tenía importancia —comentó.<br />

—Está bien; te lo digo ahora. Me importa...<br />

—De acuerdo —convino caut<strong>el</strong>osamente y después de una pausa.<br />

Su cara tenía la expresión astuta y furtiva. Yo sabía muy bien lo que estaba<br />

pensando.<br />

Hoy ha salido un par de horas, después de una llamada t<strong>el</strong>efónica, y en<br />

seguida subí a su cuarto a leer sus recientes anotaciones en <strong>el</strong> diario. «Los c<strong>el</strong>os de<br />

Anna me están volviendo loco. He visto a Marguerite. La acompañé a casa. He<br />

conocido a Dorothy en su casa. Me escaparé cuando Anna se vaya a ver a Janet la<br />

semana próxima.»<br />

He leído esto último con una fría sensación de triunfo.<br />

Y, sin embargo, a pesar de todo, hay horas de camaradería cariñosa, en que<br />

hablamos sin parar. Y hacemos <strong>el</strong> amor. Dormimos juntos cada noche, y es un<br />

sueño maravillosamente profundo. Luego la camaradería se convierte en odio en la<br />

487

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!