09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La palabra millones sonaba infantil, y Ella le dirigió una mirada intensa,<br />

tratando de comunicarle su visión oscura y pesimista de la ignorancia y la miseria.<br />

Paul le dio la carta diciendo:<br />

—Pero ¿qué le va a escribir<br />

—No puedo decirle nada que realmente la consu<strong>el</strong>e. Está clara su<br />

pretensión: que <strong>el</strong> doctor Allsop descienda en persona a rescatarla, como un<br />

príncipe en un caballo blanco...<br />

—Sí, claro.<br />

—Éste es <strong>el</strong> problema. No puedo decirle: querida señora Brown, usted no<br />

sufre de reuma, usted sólo se encuentra sola y sin que nadie le haga caso, y se<br />

está inventando achaques para tener derecho a gritar al mundo y que alguien<br />

acuda a su lado. En fin, ¿le puedo escribir esto<br />

—Puede decírs<strong>el</strong>o con mucho tacto. Seguramente <strong>el</strong>la ya lo sabe. Le puede<br />

decir que haga un esfuerzo para salir con gente, que se haga miembro de alguna<br />

organización, cualquier cosa así...<br />

—¿Y no es arrogante que yo le diga lo que debe hacer<br />

—Pero <strong>el</strong>la ha escrito pidiendo ayuda; por tanto, lo arrogante sería no<br />

decírs<strong>el</strong>o.<br />

—Alguna organización, dice usted. Pero eso no es lo que <strong>el</strong>la quiere. Ella no<br />

quiere nada impersonal. Ha estado casada durante años y ahora se encuentra como<br />

si le hubieran arrancado la mitad de su persona.<br />

Entonces Paul se la quedó mirando con gravedad un momento, sin que <strong>el</strong>la<br />

supiera qué pensamiento atribuirle. Por fin, él dijo:<br />

—Bien, supongo que tiene usted razón. También puede sugerirle que escriba<br />

a una agencia matrimonial. —Se echó a reír por la expresión de repugnancia que<br />

puso <strong>el</strong>la, y añadió—: Le sorprendería la cantidad de buenos matrimonios que he<br />

organizado yo a través de una de esas agencias.<br />

—Parece como si fuese... usted una especie de asistente social psiquiátrico...<br />

No había terminado de decirlo, y sabía ya lo que <strong>el</strong> otro le iba a contestar.<br />

En <strong>el</strong> consultorio, <strong>el</strong> doctor West, cargado de sentido común y sin tiempo ni<br />

paciencia para «trivialidades», se refería en broma a su colega llamándole «<strong>el</strong><br />

curandero». A él le mandaba a todos los pacientes con desórdenes mentales. Así,<br />

pues, se encontraba frente al «curandero».<br />

Paul Tanner le estaba diciendo, sin gran entusiasmo:<br />

—Sí, eso es lo que soy... En cierta manera, claro.<br />

Ella se dio cuenta de que su falta de entusiasmo provenía de lo obvia que<br />

resultaba aqu<strong>el</strong>la respuesta, que ya conocía de antemano porque había sentido una<br />

fuerza interior de alivio y de interés, de un inquieto interés ante la posibilidad de<br />

que fuese un curandero de verdad y tuviese en su poder toda una serie de datos<br />

sobre <strong>el</strong>la.<br />

158

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!