09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¿Quieres decir que ahora tendría la amabilidad de aceptarlo Estás loca.<br />

Atraviesa una etapa de izquierdismo político, lo mismo que Marion, y ambos se<br />

muestran muy indignados por las injusticias que en este preciso instante se<br />

cometen con los condenados e inf<strong>el</strong>ices negros.<br />

—Vaya, vaya. ¿Y por qué no Está muy de moda, ¿lo sabías No tienes idea<br />

de la oportunidad que se te ofrece, Richard. Nunca lo has entendido, ¿sabes Esto<br />

no es ser de izquierdas, es seguir lo que está a la mode.<br />

—Creí que la noticia te iba a gustar.<br />

_-¡Ah! Pues sí. Recuerda lo que te he dicho: si llevas las cosas con tino, a<br />

Tommy le gustará aceptar un trabajo aquí. Seguramente, incluso estará dispuesto<br />

a sustituirte.<br />

—Pues me alegraría. Nunca has acertado conmigo, Anna. La verdad es que<br />

este tinglado no me divierte. Quiero retirarme, lo más pronto posible, y marcharme<br />

a gozar de una vida tranquila con Jean, tener más hijos, tal vez. Esto es lo que me<br />

propongo. No estoy hecho para los tinglados financieros.<br />

—Salvo que desde que tomaste la dirección has cuadriplicado las acciones y<br />

los beneficios de tus dominios, según Marion. Adiós, Richard.<br />

—Anna.<br />

—Bueno, ¿qué pasa ahora<br />

Había dado la vu<strong>el</strong>ta de prisa, para interponerse entre <strong>el</strong>la y la puerta,<br />

medio abierta. Entonces la cerró de un empujón, con una sacudida impaciente de<br />

sus nalgas. El contraste entre este gesto y la pomposidad d<strong>el</strong> secreto<br />

funcionamiento de aqu<strong>el</strong> lujoso despacho o sala de exhibición, tuvo en Anna <strong>el</strong><br />

efecto de recordarle su propia persona, tan fuera de lugar, aguardando de pie para<br />

salir de allí. Se vio a sí misma, pequeña, pálida, bonita, manteniendo una sonrisa<br />

int<strong>el</strong>igente y crítica. Se sentía, bajo esta forma ordenada, como un caos de<br />

incomodidad y ansiedad. Aqu<strong>el</strong> feo empujoncito de las bien vestidas nalgas de<br />

Richard concordaba con su propia agitación, apenas ocultada. Ante tales<br />

pensamientos, se sintió exhausta y dijo:<br />

—Richard, no veo qué sentido tiene todo esto. Cada vez que nos vemos,<br />

pasa lo mismo.<br />

Richard había captado su momentáneo colapso de desaliento. Permaneció<br />

frente a <strong>el</strong>la, respirando con pesadez y aguzando sus ojos oscuros. Luego sonrió<br />

con lentitud y sarcasmo. « ¿Qué está tratando de hacerme recordar —se preguntó<br />

Anna—. No será...» Sí, lo era. Le estaba haciendo recordar aqu<strong>el</strong>la noche en que<br />

<strong>el</strong>la pudo, casi seguramente, haberse ido a la cama con él. Y en lugar de enojarse o<br />

de despreciarle, se dio cuenta de que se sentía incómoda. Entonces clamó:<br />

—Richard, por favor, abre la puerta.<br />

Él no se movió, volcando sobre <strong>el</strong>la su sarcasmo, divirtiéndose, y <strong>el</strong>la se<br />

dirigió hacia la puerta, cruzando por donde él estaba, para tratar de hacer fuerza,<br />

de abrirla. Se veía, torpe y atolondrada, empujando inútilmente la puerta, que<br />

finalmente se abrió: Richard había vu<strong>el</strong>to al escritorio y pulsado <strong>el</strong> botón apropiado.<br />

Anna salió sin volverse, pasó frente a la exuberante secretaria, la probable<br />

335

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!