09.02.2015 Views

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

el-cuaderno-dorado_dorislessing

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Le ofrecí almorzar y nos pusimos a hablar de su niñez. Había tenido una<br />

infancia desdichada, según <strong>el</strong> patrón clásico: matrimonio separado, etc. Después<br />

d<strong>el</strong> almuerzo subió a su habitación, aduciendo que deseaba trabajar. Pero bajó casi<br />

en seguida, y apoyándose contra <strong>el</strong> marco de la puerta, dijo:<br />

—Antes era capaz de trabajar durante horas sin interrupción, pero ahora no<br />

aguanto ni una.<br />

De nuevo volví a sentir un sobresalto. Ahora, después de bien pensado, pero<br />

parece estar muy claro. No obstante, en aqu<strong>el</strong> momento me desconcerté, porque<br />

hablaba como si hubiera estado trabajando una hora, y no apenas cinco minutos.<br />

Permaneció conmigo, distraído e inquieto.<br />

—En mi tierra tengo un amigo cuyos padres se separaron cuando él era un<br />

niño. ¿Crees que <strong>el</strong>lo le habrá afectado —preguntó.<br />

Durante un instante no supe qué responder, pues resultaba obvio que «<strong>el</strong><br />

amigo» era él mismo. Sin embargo, no hacía ni diez minutos que estuvo hablando<br />

de sus padres.<br />

—Sí, estoy segura que te ha afectado la separación de tus padres.<br />

Se sobresaltó, con un gesto de suspicacia e inquirió:<br />

—¿Cómo lo has sabido<br />

(*10) — ¡Qué mala memoria tienes! —le reproché—. ¿Acaso no recuerdas<br />

que me has hablado de tus padres apenas si hace unos minutos<br />

Se puso en guardia, mientras pensaba. Tenía <strong>el</strong> gesto agudizado por ideas<br />

de sospecha. Pero dijo, haciéndose un lío con las palabras:<br />

—Ah, es que pensaba en mi amigo, nada más…<br />

Dio la vu<strong>el</strong>ta y subió de nuevo a su cuarto.<br />

Me quedé confundida, atando cabos. Era cierto, pues, que no recordaba que<br />

me hubiera hablado de <strong>el</strong>lo. Entonces me acordé de una media docena de<br />

ocasiones durante aqu<strong>el</strong>los días pasados en los que me había contado algo,<br />

mencionándolo de nuevo algunos minutos más tarde, como si fuera un tema nunca<br />

tratado. Ayer, por ejemplo, dijo:<br />

—¿Te acuerdas de cuando llegué aquí<br />

Hablaba como si hiciera varios meses de aqu<strong>el</strong>lo. Y en otra ocasión:<br />

—Aqu<strong>el</strong>la vez que fuimos al restaurante indio... —y resultaba que habíamos<br />

ido <strong>el</strong> mismo día a la hora d<strong>el</strong> almuerzo.<br />

Me dirigí a la habitación grande y cerré la puerta. Hemos acordado que,<br />

cuando la puerta está cerrada, no quiero que me molesten. A veces, cuando tengo<br />

la puerta cerrada, le oigo pasear de un lado a otro por encima de mí o bajar la<br />

escalera hasta la mitad. Entonces siento como si me apremiaran a que abra la<br />

puerta. Y lo hago. Pero hoy he cerrado, me he sentado en la cama y he intentado<br />

reflexionar. Sudaba un poco, tenía las manos frías y no podía respirar bien. Estaba<br />

480

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!