14.05.2013 Views

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Aristóteles y Cicerón convergen en dos puntos: la elocuencia o retórica debe ser sólo<br />

utilizada para fines justos y por otro lado, en el reconocimiento del orador sabio. El orador debe<br />

poseer conocimientos de jurisprudencia, filosofía y retórica.<br />

La oratoria tenía una gran influencia en el campo social, era una formadora de opiniones, y<br />

como tal, tenía un fin social, debía estar al servicio del bien común, y esto suponía estar también al<br />

servicio de la justicia, la libertad y la dignidad del hombre.<br />

Estos principios están presentes en su obra Oratore (principios a cerca de la formación del orador)<br />

y Orador retrato del orador ideal. En estas obras enumera las cualidades innatas que debe reunir<br />

un orador: figura, tono de voz, memoria, etc.; a ellas debe añadirse una formación que abarque<br />

todos los campos del saber: leyes, historia, filosofía, literatura, etc., y el conocimiento de las<br />

técnicas del discurso.<br />

Cicerón como hombre conocedor de la fuerza que poseía la elocuencia, era también<br />

consciente de que ésta podía ser utilizada para bien o para mal, e incluso llegar a ser la estrategia<br />

urdida para obtener beneficios de los propios intereses del orador, o de aquellos a quien éste<br />

representaba.<br />

En su obra de Inventio nos previene del poder que podía ejercer la manipulación sin<br />

escrúpulos del poder de la persuasión: “A menudo, y mucho, he reflexionado conmigo mismo esto: si<br />

la riqueza del decir y la suma dedicación a la elocuencia han traído más bien o mal a los hombres y<br />

a las ciudades” (La invención Retórica, I, 4,4. trad. Salvador Núñez, 1997).<br />

Reconoce en esta obra, al igual que Aristóteles, la necesidad de que la elocuencia parta de<br />

oradores bien formados, con nobles principios morales y un alto sentir de la justicia. Para ello es<br />

necesario que el orador sea un hombre sabio, esto contribuiría a la creación de una sociedad más<br />

justa, oscureciendo las intenciones maliciosas de los manipuladores. De esta forma, la elocuencia se<br />

convierte en la única herramienta que tienen los pueblos democráticos para construir un orden más<br />

justo para todos: “Hay que estudiar la elocuencia aunque algunos abusan de ella tanto en privado<br />

como en público; pero ciertamente con más ahínco por estos: porque los malos no puedan<br />

muchísimo con más detrimento de los buenos y ruina común de todos”. (La invención Retórica, I, 4,4.<br />

trad. Salvador Núñez 1997).<br />

A diferencia de Aristóteles, Cicerón se muestra más consciente de la utilización que algunos<br />

hacen de la retórica en beneficio propio. Aristóteles se descubre de una manera un tanto ingenua<br />

pues a pesar de reconocer que puede ser utilizada en detrimento de muchos, niega que esta<br />

circunstancia se esté produciendo. Su ideal de retórica se revela mucho más utópica y cándida, más<br />

cercana a lo que debiera ser, que a lo que realmente es.<br />

En su obra De Oratore (3 libros), Cicerón, fundamenta el fin social de la elocuencia.<br />

Resucita la polémica, planteada ya por los filósofos griegos, entre la retórica y la filosofía. Reserva<br />

para la filosofía un espacio más moral y ético, contrario a la retórica que considera nociva y por<br />

tanto incapaz de ocuparse de las cuestiones técnicas reservadas a la filosofía.<br />

Cicerón, que de nuevo vuelve a identificarse con Aristóteles, defiende la elocuencia como un<br />

arte independiente de la filosofía. La obra se inicia con un diálogo entre Licio Craso y Marco<br />

Antonio, dos grandes oradores del foro en la generación anterior, sobre la relación entre la ciencia y<br />

la elocuencia. En los libros 1 y 3, Craso sostiene que el orador debe estar muy bien preparado: es<br />

imprescindible que el orador sepa establecer la separación entre los argumentos o contenidos y las<br />

palabras o expresión.<br />

28

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!