14.05.2013 Views

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

de la Argumentación), Gadamer aborda la retórica desde una perspectiva lingüística (Rhétorique,<br />

herméneutique et critique de l´idéologie), Paul Ricoeur y Mauricio Beuchot, vinculan retórica y<br />

hermenéutica (Rhétorique-Poétique-Herméneutique y La metáfora viva); (La retórica como pragmática y<br />

hermenéutica) John Bender y David Wellbery enmarcan la retórica en el ámbito filosófico,<br />

Toulmin, Freeman, , Van Eemeren, Pereda, Walton, entre otros; dejan a un lado los trabajos<br />

sobre estilística retórica, para buscar el verdadero sentido de la retórica: la persuasión.<br />

Actualmente existen dos corrientes distintas que abordan la nueva retórica. La retórica de<br />

la persuasión, cuya partida de nacimiento es la publicación por Perelman y L. Olbrechts-Tyteca del<br />

Traité del´argumentation, que apareció en 1958 con el subtítulo de La Nouvelle Rhétorique,y la<br />

retórica de las figuras cuyo origen se remonta al año 1963, y cuyos comienzos se asocian al nombre<br />

de Roman Jakobson y a la publicación de su obra maestra: Ensayos de lingüística general.<br />

J. M. Klinkenberg, miembro insigne del Grupo µ, ha sabido captar las diferencias que<br />

separan a ambas corrientes. Buscando siempre un punto de intersección entre las dos neorretóricas:<br />

La primera neorretórica, la retórica de la persuasión, se consagra al estudio de los mecanismos del<br />

discurso social general y a su eficacia práctica. Sus campos de aplicación han sido primero, sobre<br />

todo, la propaganda política o comercial, la controversia jurídica, e incluso la discusión filosófica.<br />

En cuanto a la segunda neorretórica, en sus inicios, se ha consagrado al estudio de los mecanismos<br />

internos de la producción literaria, y, sobre todo, poética. Se ha dado, pues, esencialmente un<br />

rostro estético.<br />

En la primera neorretórica, los conceptos centrales son los esquemas o procesos generales de<br />

la argumentación. En la segunda, son las figuras, y, sobre todo, las figuras semánticas: esta<br />

segunda neorretórica constituye así una retórica de los tropos o tropología.<br />

Finalmente, se pueden oponer las dos neorretóricas tomando sus estatutos epistemológicos<br />

como criterio: la primera tiene una vocación social y se preocupa de objetos comunes. Se interesa<br />

por lo idéntico y rechaza fuera de su campo de interés lo que puede ser considerado excepcional,<br />

incluso lo raro. La segunda, se preocupa de lo que aparece primero como lo excepcional. La<br />

literatura es en efecto un lugar de rupturas. Y la figura es a menudo definida como un desvío en<br />

relación con la manera de expresarse considerada normal<br />

La primera neorretórica está más próxima a descubrir especulativamente lo que, en cada<br />

caso, puede ser propio del “persuadir” y su estudio lleva a abarcar todos los elementos y todas las<br />

disciplinas que concurren en el conocimiento del contexto persuasivo, de la lógica (con las pruebas)<br />

a la psicología (con el pathos).<br />

La nueva retórica no sólo aparece presente en el ámbito literario sino como retórica del cine,<br />

de la publicidad, de la imagen, siempre acompañado por conocimientos diversos como la psicología,<br />

la sociología o la ciencia de la información. Es útil para obtener éxito en los negocios, para<br />

triunfar, para hablar bien en público, para hacer amigos. El auge de la retórica lleva a que muchas<br />

instituciones propugnen la restauración de los estudios retóricos, tan necesarios en lo que hoy<br />

definimos como Sociedad de la Información.<br />

Una sociedad de la información capaz de llegar hasta el lugar más recóndito de la tierra y<br />

de topar con una gran diversidad de características de los públicos a los que se dirigen los mensajes.<br />

Llegado a este punto entra en juego el modelo clásico argumentativo, que parte de la base del<br />

conocimiento de los valores, las ideas y los sentimientos del público. El conocimiento de estos<br />

factores se convierte en imprescindibles para el orador, a la hora de conseguir la persuasión.<br />

40

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!