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De Chávez a nuestros días<br />

371<br />

3 En 1985, el gobierno de Víctor Paz Estenssoro (1985-1989) inauguró el ciclo de<br />

reformas neoliberales en Bolivia. De aplicación temprana en la región, estas reformas<br />

implicaron una transformación radical de la estructura económica y social del<br />

país, y golpearon duramente al movimiento obrero, principalmente a los mineros,<br />

a partir de la promulgación del decreto 21.060, el cual implicó el desmantelamiento<br />

de los principales centros mineros y el consecuente despido masivo de trabajadores.<br />

La empresa de bandera, la Corporación Minera Boliviana, sucumbió ante<br />

el derrumbe de los precios internacionales del estaño y las políticas privatizadoras.<br />

Junto con la desarticulación de los resortes de la producción minera, los mineros,<br />

que habían sido la base de sustentación del movimiento popular boliviano durante<br />

cuarenta años, dejaron de existir como fuerza social relevante. Este período de<br />

reformas estructurales tuvo su apogeo durante la década del noventa durante el<br />

gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997), caracterizado por la aplicación<br />

del neoliberalismo económico, la tecnocratización de la gestión gubernamental,<br />

la privatización de varias empresas estatales y el sometimiento a los organismos<br />

multilaterales de crédito (Svampa et al., 2010).<br />

4 Conducida por el MNR, la Revolución de 1952 gobernó el país desde ese año<br />

hasta el golpe de Estado de 1964. El proyecto político del movimiento no significó<br />

una reivindicación de lo indio, sino que planteó una alianza de clases. La figura<br />

del indio fue reemplazada por la del campesino, pero el protagonista central de<br />

las luchas sociales y políticas fue el movimiento minero, cuya central sindical –la<br />

Central Obrera Boliviana (COB)– cogobernó el país durante esos años. En 1964,<br />

la era revolucionaria fue interrumpida en medio de una fuerte crisis política que<br />

dio lugar al regreso de las fuerzas armadas en la vida nacional (Do Alto, 2007).<br />

5 La persecución al cultivo de la hoja de la coca se inició durante la Revolución de<br />

1952 cuando, en el marco de la pretendida modernización de la región, se suscribió<br />

a la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, que comprometía al<br />

gobierno boliviano a eliminar la producción y el consumo de coca en un lapso de<br />

veinticinco años. En 1986, el gobierno boliviano, presionado por la administración<br />

estadounidense, autorizó el establecimiento de bases permanentes de UMOPAR<br />

(Unidades Móviles de Patrullaje Rural), entrenadas y financiadas por Estados Unidos,<br />

en el marco del “Plan Trienal”, que marcó el inicio de la política de eliminación<br />

de los cocales. En 1994, se introdujo el “Programa Opción Cero”, que suponía<br />

la destrucción de todos los cultivos de coca en el Chapare y la transformación<br />

de la zona en Parque Nacional o en Zona Industrial. En 1997 el llamado “Plan<br />

Dignidad” implicó una nueva campaña de erradicación forzada y una mayor militarización<br />

de la región.<br />

6 Si bien algunos autores sitúan el inicio de la “Guerra contra las Drogas”, en tanto<br />

eje rector de la política exterior estadounidense, en 1973, cuando se creó la DEA,<br />

los mayores esfuerzos en esta lucha contra el narcotráfico se dejaron sentir durante<br />

el gobierno de Reagan, cuando el narcotráfico se definió como amenaza contra la<br />

seguridad nacional (Gutiérrez Aguilar, 2008).

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