13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El pájaro, riendo como un <strong>de</strong>monio burlón, me saludó tres veces con su cortesía y su<br />

infernal cucú. Eran las tres.<br />

-Va a ser <strong>de</strong> día -dijo Canencia, <strong>de</strong>jando caer sobre el pecho su cabeza venerable.<br />

Levanteme. Estaba <strong>de</strong>cidida. Pareciome que D. Bartolomé, al verme dispuesta a<br />

partir, vio el cielo abierto. Despedime <strong>de</strong> él bruscamente y salimos.<br />

-¿A dón<strong>de</strong> vamos, señora? -me dijo Mariana-. ¿No es hora <strong>de</strong> retirarnos ya a<br />

<strong>de</strong>scansar? [244]<br />

-Todavía no.<br />

-¡Señora, señora, por Dios!... Está amaneciendo. No hemos cenado, no hemos<br />

dormido...<br />

-Calla, imbécil -le dije clavando mis <strong>de</strong>dos en su brazo-. ¡Calla, o te ahogo!<br />

- XXX -<br />

Amanecía, y multitud <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> mal aspecto vagaban por la calle. Veíanse<br />

gitanos <strong>de</strong>sarrapados, y muchos guapos <strong>de</strong> la Macarena y <strong>de</strong> Triana. Mi criada tuvo<br />

miedo; pero yo no. Repetidas veces nos vimos obligadas a variar <strong>de</strong> rumbo para evitar<br />

el encuentro <strong>de</strong> algunos grupos en que se oía el ronco estruendo <strong>de</strong> ¡vivan las caenas!,<br />

¡muera la nación!<br />

Llegamos por fin al río. Ya el día había aclarado bastante, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong><br />

Triana vimos la chimenea <strong>de</strong>l vapor que <strong>de</strong>spedía humo.<br />

-Si esos barcos <strong>de</strong> nueva invención humean al andar -dije-, el vapor se marcha ya.<br />

Des<strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> Triana a la Torre <strong>de</strong>l Oro se extendía un cordón <strong>de</strong> soldados <strong>de</strong><br />

artillería. [245] En la puerta <strong>de</strong> Jerez había cañones. Nada <strong>de</strong> esto me arredraba, porque<br />

mi exaltación me infundía gran<strong>de</strong>s alientos, y hablando al oficial <strong>de</strong> artillería logré pasar<br />

hasta la orilla, don<strong>de</strong> algunas tablas sostenidas sobre pilotes servían <strong>de</strong> muelle. El vapor<br />

bufaba como animal impaciente que quiere romper sus ligaduras y huir. Multitud <strong>de</strong><br />

personas se dirigían al embarca<strong>de</strong>ro. Reconocí a Canga-Argüelles, a Calatrava, a<br />

Beltrán <strong>de</strong> Lis, a Salvato, a Galiano y a otros muchos que no eran diputados.<br />

-Él se irá también -pensé-. Vendrá aquí <strong>de</strong> seguro... Pero no, no creo que se me<br />

pueda escapar.<br />

Una i<strong>de</strong>a grandiosa cruzó por mi mente, una <strong>de</strong> esas i<strong>de</strong>as napoleónicas que yo tengo<br />

en momentos <strong>de</strong> gravedad suma. Ocurriome embarcarme también en el vapor, si le veía<br />

partir. No tenía equipaje; ¿pero qué me importaba? Mariana se quedaría para llevarlo<br />

<strong>de</strong>spués.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!