13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

las personas indiferentes a la política, porque era preciso haber sido perro <strong>de</strong> presa <strong>de</strong>l<br />

absolutismo para obtener perdón. Algunos frailes <strong>de</strong> los que más habían escandalizado<br />

en el púlpito con sus sermones sanguinarios eran llevados en triunfo. [<strong>16</strong>6]<br />

Yo salía <strong>de</strong> misa <strong>de</strong> San Isidro, y me vi insultada y seguida por una turba <strong>de</strong><br />

mujerzuelas feroces, sólo porque llevaba un lazo ver<strong>de</strong>. El color ver<strong>de</strong> era ya el color <strong>de</strong><br />

la ignominia, como emblema <strong>de</strong>l liberalismo, que tantas veces había escrito sobre él<br />

Constitución o muerte. Vi maltratar a un joven <strong>de</strong> buen porte, sólo porque usaba bigote,<br />

y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel día el tal adorno <strong>de</strong> las varoniles caras fue señal <strong>de</strong> franc-masonismo y <strong>de</strong><br />

extranjería filosófica.<br />

Quien vio una vez tales escenas no pue<strong>de</strong> olvidarlas. Mis i<strong>de</strong>as habían cambiado<br />

mucho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi viaje a Francia. Conservando el mismo respeto al Trono y al Gobierno<br />

fuerte, había perdido el entusiasmo realista. Pero en aquel día tristísimo se<br />

<strong>de</strong>svanecieron en mi cabeza no pocos fantasmas, y aunque seguí creyendo que uno solo<br />

gobierna mejor que doscientos, el absolutismo popular me inspiró aversión y<br />

repugnancia in<strong>de</strong>cibles.<br />

No había concluido <strong>de</strong> referir en mi casa el gran peligro que había corrido por llevar<br />

un lazo ver<strong>de</strong>, cuando entró Campos. Traía semblante muy alegre.<br />

-Ya está resuelta la cuestión <strong>de</strong> tu viaje -dijo a Salvador-. Esta noche pue<strong>de</strong>s<br />

marchar, si quieres. [<strong>16</strong>7]<br />

-¿Cómo? -preguntamos él y yo.<br />

-De un modo tan sencillo como seguro. El marqués <strong>de</strong> Falfán <strong>de</strong> los Godos (9) había<br />

pensado marchar a Andalucía... Como la pobre Andrea está tan <strong>de</strong>licada... En fin, se han<br />

<strong>de</strong>cidido a salir esta noche. Tienen silla <strong>de</strong> postas propia. Al punto me he acordado <strong>de</strong> ti,<br />

Falfán <strong>de</strong> los Godos tiene gusto en llevarte y se alegra mucho <strong>de</strong> tu compañía.<br />

-Eso no pue<strong>de</strong> ser -dije vivamente, saliendo al encuentro <strong>de</strong> aquella proposición con<br />

verda<strong>de</strong>ra furia que trataba <strong>de</strong> disimular.<br />

-¿Por qué no ha <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r ser, señora mía? -dijo Campos-. En la silla <strong>de</strong> postas irán<br />

cómoda y seguramente el Marqués, mi sobrina con su hijo, la doncella y dos criados que<br />

seremos nosotros, Salvador y yo. Perfectísimamente.<br />

El taimado masón se restregaba las manos en señal <strong>de</strong> regocijo.<br />

-Me parece una excelente i<strong>de</strong>a -dijo Monsalud mirándome-. ¿No crees tú lo mismo?<br />

Yo no contesté nada. Estaba furiosa. Él <strong>de</strong>bió compren<strong>de</strong>r (10) en mis ojos la<br />

tempestad que se había <strong>de</strong>satado en mi corazón, mas no por conocerlo se apresuró a<br />

conjurarla. Antes [<strong>16</strong>8] bien, ocupose <strong>de</strong> disponer su viaje con una calma, con una<br />

indiferencia hacia mí que me irritaron más. Mi dignidad me impedía pedir un puesto en<br />

aquel coche que se iba a llevar la mitad <strong>de</strong> mi alma. La misma dignidad me impedía<br />

recordarle nuestro dulce propósito <strong>de</strong> ir juntos. Encerreme breve rato en mi cuarto, para<br />

que nadie conociese la alteración nerviosa que me sacudía, y con los dientes hice

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!