13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

-Y te llevaré a presencia <strong>de</strong>l Padre <strong>de</strong> todo lo existente y le diré: «¡Señor, aquí la<br />

tienes; esta es, mírala!...». Pero no quiero afligirte más. Ahora oye varios consejos que<br />

<strong>de</strong>bo darte y algunos encarguillos que quiero hacerte... ¿Está ese chocolate?... Dame la<br />

mano para levantarme, hija mía. ¿Sabes que están pesados y duros mis pobres huesos?...<br />

¡Ah! pronto tendrás [322] este bocado, ¡oh carnívora tierra! pronto, pronto se te arrojará<br />

esta piltrafa, que por lo acecinada <strong>de</strong>muestra que te pertenece ya. El noble espíritu<br />

abandona este inmundo saco, y vuela en busca <strong>de</strong> su patria y <strong>de</strong> sus congéneres los<br />

ángeles.<br />

Levantose <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Sola porque estaba vestido. Un hermano le trajo el chocolate, y<br />

quedándose solo con su amiga, le dijo estas palabras que ella oyó con profundísima<br />

atención:<br />

-Idolatrada hija, mañana a las diez nos separaremos para siempre. Dios me dio la<br />

inefable dicha <strong>de</strong> conocerte, para que mi espíritu se confortase antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el mundo.<br />

Te condujiste conmigo tan noble y caritativamente que no vacilo en <strong>de</strong>clararte<br />

merecedora <strong>de</strong> inmortal premio. Yo te lo aseguro, yo te lo profetizo -dijo esto cerrando<br />

los ojos y extendiendo solemnemente los brazos en actitud <strong>de</strong> profeta-, yo te lo fío<br />

bendiciéndote. Creo tener po<strong>de</strong>res para ello. Gozarás <strong>de</strong> la eterna dicha por tu cristiana<br />

acción. Ahora bien; hablando <strong>de</strong> cosas más terrestres, te diré que es mi <strong>de</strong>seo partas en<br />

seguida para Inglaterra a ponerte bajo el amparo <strong>de</strong> ese hombre generoso que ha sido tu<br />

protector y hermano. Le conozco y sé que su corazón está lleno <strong>de</strong> bonda<strong>de</strong>s. Como me<br />

intereso también por él, <strong>de</strong>claro ante ti que ese joven <strong>de</strong>be [323] tomarte por esposa, <strong>de</strong><br />

lo cual resultará ventaja para entrambos; para ti porque vivirás al arrimo <strong>de</strong> un hombre<br />

<strong>de</strong> mérito, capaz <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r lo que vales; para él porque tendrá la compañera más<br />

fiel, más amante, más útil, más hacendosa, más cristiana y más honesta con que pue<strong>de</strong><br />

soñar el amor <strong>de</strong> un hombre. Tengo la seguridad <strong>de</strong> que él lo compren<strong>de</strong>rá así -al <strong>de</strong>cir<br />

esto mostraba la convicción <strong>de</strong> un apóstol-. Si no lo comprendiese, dile que yo se lo<br />

mando, que es mi sacra voluntad, que yo no hablo por hablar, sino transmitiendo por el<br />

órgano <strong>de</strong> mi lengua la inspiración celeste que obra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mí.<br />

Sola oyó este discurso con recogimiento y admiración, pasmada <strong>de</strong> advertir una<br />

profundísima concordancia entre la <strong>de</strong>mencia <strong>de</strong> su amigo y ciertas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> antiguo<br />

arraigadas en ella. No acertó a <strong>de</strong>cir una palabra sobre aquel tema, y su viejecillo bobo<br />

se le representó entonces gran<strong>de</strong> y luminoso, cual nunca lo había visto, más respetable<br />

que todo lo que como respetable se presenta en el mundo.<br />

Después <strong>de</strong> una pausa, durante la cual apuró el pocillo, Sarmiento prosiguió así:<br />

-Querida hija <strong>de</strong> mi corazón, voy a hacerte un encargo, atañe<strong>de</strong>ro a cosas terrestres.<br />

Las cosas terrestres también me ocupan, porque <strong>de</strong> [324] la tierra salí, y en ella he <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>jar las preciosas enseñanzas que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> mi martirio. El género humano<br />

merece mi mayor interés. La dicha <strong>de</strong>l Cielo no sería completa, si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> él no<br />

contempláramos la constante labor <strong>de</strong> este pobre género humano, sin cesar trabajando<br />

en mejorarse. Los que <strong>de</strong> él salimos no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> enviarle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allá arriba un<br />

reflejo <strong>de</strong> nuestra gloria, sin lo cual se envilecería, acercándose más a las bestias que a<br />

los ángeles. Hay que pensar en el género humano <strong>de</strong> hoy, que es el coro celestial e<br />

inmenso <strong>de</strong> mañana, y todo hombre es la crisálida <strong>de</strong> un ángel, ¿me entien<strong>de</strong>s? Si las<br />

criaturas superiores, al remontarse sobre los mundanos <strong>de</strong>spojos, miraran con <strong>de</strong>sprecio<br />

esta pobre turba inquieta y enferma a que pertenecieron; si no atendiendo más que al

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!