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16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

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Los importantes varones que presentes estaban llevaron la conversación a otro<br />

terreno, y durante una hora larga se habló <strong>de</strong>l proyecto <strong>de</strong> tomar a Manresa para fundar<br />

en aquella excelente plaza el gobierno central <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a apostólica.<br />

-Jep ha salido ya <strong>de</strong> Berga -dijo Pixola-. [103] Caragol <strong>de</strong>be <strong>de</strong> haber salido también<br />

<strong>de</strong> Vich, y yo me pongo en marcha mañana. Nos juntaremos, y allá para la semana que<br />

viene a más tardar, Manresa será nuestra.<br />

No se ocuparon más aquel día el guerrillero y su pequeña corte <strong>de</strong> la importante<br />

persona <strong>de</strong> Tilín; pero al siguiente recibió el héroe la estocada mortal <strong>de</strong> la envidia con<br />

la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> permanecer en Solsona, mientras las <strong>de</strong>más tropas y somatenes iban sobre<br />

Manresa. Esta eliminación en la jornada <strong>de</strong> más peligro y lucimiento puso al sacristán<br />

en el último grado <strong>de</strong> la rabia. Era evi<strong>de</strong>nte ya que se <strong>de</strong>seaba oscurecerle y postergarle;<br />

pero él guardó su rabia en el pecho aparentando resignación y conformidad con su<br />

suerte. El veneno y las llamas que <strong>de</strong>voraban su alma, fueron celosamente guardados<br />

como el puñal <strong>de</strong> que se piensa hacer uso en momento oportuno. Se le vio silencioso<br />

mas no irritado, en el momento <strong>de</strong> salir la gente <strong>de</strong> Pixola y la suya para tan notable<br />

empresa, y dijo adiós a sus compañeros sin mostrarse envidioso. Para colmo <strong>de</strong><br />

humillaciones, ni siquiera quedaba al frente <strong>de</strong> la guarnición <strong>de</strong> la ciudad, sino como<br />

subalterno <strong>de</strong> un tal Mañas, nombrado jefe <strong>de</strong> la plaza, el cual era un viejo borracho que<br />

pasaba la mitad <strong>de</strong>l tiempo durmiendo y la otra mitad jugando a las cartas. [104]<br />

Los partidarios que quedaban en Solsona no tenían más consigna que vigilar a los<br />

presos sepultados en las mazmorras <strong>de</strong>l Ayuntamiento, entre los cuales hallábanse<br />

Guimaraens y el aventurero D. Jaime Servet, y <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r la ciudad en caso <strong>de</strong> un ataque,<br />

muy poco probable por cierto, <strong>de</strong> las tropas <strong>de</strong>l Rey. Tilín, viéndose con<strong>de</strong>nado a<br />

forzosa holganza, vagaba sin compañía por la solitaria muralla <strong>de</strong> la ciudad o bien por<br />

las tristes riberas <strong>de</strong>l río Negro, testigo <strong>de</strong> los juegos <strong>de</strong> su infancia, terminando siempre<br />

su paseo en la puerta <strong>de</strong>l Travesat junto a San Salomó.<br />

Por las mañanas visitaba la sacristía, ayudaba algunas misas, y si se lo permitían,<br />

pasaba a ver a las madres y a <strong>de</strong>partir con ellas acerca <strong>de</strong> los negocios <strong>de</strong> la causa<br />

apostólica, que iban mal según unas y a pedir <strong>de</strong> boca según otras. Aquella preferencia<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su edad más tierna había mostrado Pepet por la bella y afable Sor Teodora <strong>de</strong><br />

Aransis mostrábase ahora con más claridad, bien porque la <strong>de</strong>sgracia avivase los afectos<br />

<strong>de</strong> su corazón, o bien porque la situación <strong>de</strong>sventajosa en que se encontraba,<br />

relativamente a su antigua jerarquía sacristanesca, le autorizase a <strong>de</strong>jar traslucir lo que<br />

antes ocultaba. La corta pero acci<strong>de</strong>ntada vida militar había gastado dos principalísimas<br />

protuberancias, digámoslo así, [105] <strong>de</strong>l carácter <strong>de</strong> Tilín, la timi<strong>de</strong>z y el respeto a<br />

ciertas cosas y personas, bien así como la piedra puntiaguda y angulosa se pule y<br />

redon<strong>de</strong>a al ser arrastrada por los torrentes.<br />

Todos los días pasaba largas horas en el monasterio sin quitarse el uniforme, y<br />

aunque la madre aba<strong>de</strong>sa no gustaba <strong>de</strong> ver allí los arreos marciales, inclinose al fin a<br />

tolerarlos por lo singular <strong>de</strong> las circunstancias. Rogole dicha señora que ayudase al<br />

sacristán su sustituto en los servicios <strong>de</strong> limpieza <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sacristía; pero Tilín se<br />

negó a <strong>de</strong>gradar su uniforme en faena tan impropia <strong>de</strong> un militar <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s alientos.<br />

Fuele dicho entonces que se quitase la casaca, espada y chacó, con cuya advertencia<br />

recibió nuestro héroe tanta pena como si le hubieran dado cien bofetadas; pero como<br />

habría sido más gran<strong>de</strong> aún su dolor si le privaran <strong>de</strong> entrar en el convento durante

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