13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

En efecto, rendida Sola a la fuerza superior <strong>de</strong> las emociones y <strong>de</strong>l cansancio, había<br />

perdido el conocimiento.<br />

La señora sostuvo la cabeza <strong>de</strong> la víctima, [<strong>20</strong>6] mientras Lobo, cuya oficiosidad<br />

filantrópica no se <strong>de</strong>smentía un solo momento, acudió trasportando un vaso <strong>de</strong> agua<br />

para rociarle el rostro.<br />

-Eso no es nada -afirmó Chaperón-. Vamos, mujer, ¡qué mimos gastamos! Todo<br />

porque la mandan a la cárcel...<br />

La puerta se abrió dando paso a cuatro hombres <strong>de</strong> fúnebre aspecto, que parecían<br />

pertenecer al respetable gremio <strong>de</strong> enterradores.<br />

-Ea, llevadla <strong>de</strong> una vez... -dijo don Francisco resueltamente-. El alcai<strong>de</strong> le dará<br />

algún cordial... No quiero <strong>de</strong>smayos en mi <strong>de</strong>spacho.<br />

Los cuatro hombres se acercaron a la con<strong>de</strong>nada.<br />

-Un poco <strong>de</strong> vinagre en las sienes... -añadió el jefe <strong>de</strong> la Comisión Militar-. Ea,<br />

pronto... quitadme eso <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>spacho.<br />

-¡A la cárcel! -exclamó con lástima la señora, acercándose más a la víctima como<br />

para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rla.<br />

-Señora, dispense usted -dijo Chaperón apartándola con enfática severidad-. Deje<br />

usted a la justicia cumplir con su <strong>de</strong>ber... Vamos, cargar pronto. No le hagáis daño.<br />

Los cuatro hombres levantaron en sus brazos a la joven y se la llevaron, siendo<br />

entonces [<strong>20</strong>7] perfecta la similitud <strong>de</strong> todos ellos con la venerable clase <strong>de</strong><br />

sepultureros.<br />

La mampara, cerrándose sola con estrépito, produjo un sordo estampido, como golpe<br />

<strong>de</strong> colosal bombo, que hizo retumbar la sala.<br />

- XVII -<br />

Aquel mismo día ¡por vida <strong>de</strong> la Chilindraina! ¡cuán amargas horas pasó el pobre<br />

don Patricio! Habrían bastado a encanecer su cabeza si ya no estuviera blanca, y a<br />

encorvar su cuerpo, si ya no lo estuviera también. Sus suspiros eran capaces <strong>de</strong><br />

conmover las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la casa: sus lágrimas corrían amargas y sin tregua por las<br />

apergaminadas mejillas. No podía permanecer en reposo un solo instante, ni distraerse<br />

con nada, ni comer, ni aposentar en su cerebro pensamiento alguno, como no fuera el<br />

fúnebre pensamiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>samparo y <strong>de</strong> la gran pena que le <strong>de</strong>sgarraba el corazón.<br />

Este lastimoso estado provenía <strong>de</strong> que Solita había salido temprano, diciéndole:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!