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16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

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Disponiendo <strong>de</strong>votamente su espíritu para el piadoso ejercicio, rezó todo lo rezable,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las oraciones elementales <strong>de</strong>l dogma católico hasta la que en distintas épocas ha<br />

inventado la piedad para dar pasto al insaciable fervor <strong>de</strong> los siglos. Sarmiento rezó a<br />

Dios, a la Virgen, a los Santos que antaño habían sido sus abogados, sin olvidar a los<br />

que fueron procuradores <strong>de</strong> Refugio, mientras esta, <strong>de</strong>sterrada en el mundo, les<br />

necesitara.<br />

Mas a pesar <strong>de</strong> esto, el anciano no advirtió que entrara gran porción <strong>de</strong> calma en su<br />

espíritu, antes al contrario, sentíase más irritado, más inquieto con propensiones a la<br />

furia y a protestar contra su malhadada suerte. Como llegara un instante en que no pudo<br />

permanecer en el abrasado lecho, levantose en la oscuridad y se vistió a toda prisa sin<br />

estar seguro <strong>de</strong> ponerse [151] la ropa al <strong>de</strong>recho. Sentía impulsos <strong>de</strong> salir gritando por<br />

toda la casa y <strong>de</strong> llamar a Sola y echarle en cara la crueldad <strong>de</strong> su conducta y <strong>de</strong>cirle:<br />

«Ven acá, loca, ¿quién es el infame que te llama <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Inglaterra?... ¿Qué vas tú a hacer<br />

a Inglaterra?... ¡Ah! Es un noviazgo lo que te llama. Y si es noviazgo, ¡vive Dios!<br />

¿quién es ese monstruo? Dímelo, dime su nombre, y correré allá y le arrancaré las<br />

entrañas».<br />

En la sala distinguió débil claridad, por lo que supuso que había luz en el cuarto <strong>de</strong><br />

su amiga. Paso a paso, avanzando como los ladrones, dirigiose allá; empujó suavemente<br />

la puerta, pasó a un gabinete, <strong>de</strong>slizose como una sombra extendiendo las manos para<br />

tocar los objetos que pudieran estorbarle el paso. La puerta <strong>de</strong> la alcoba estaba<br />

entreabierta; había luz <strong>de</strong>ntro, pero no se oía el más leve rumor. Alargando el cuello<br />

Sarmiento vio a Sola dormida junto a una mesa en la cual había papeles y tintero.<br />

-Estaba escribiendo -pensó-, y se ha dormido. Veremos a quién.<br />

Entró en la alcoba, andando <strong>de</strong>spacio, quedamente y con mucho cuidado para no<br />

hacer ruido. Su rostro anhelante, su cuerpo tembloroso, sus ojos ávidos y saltones<br />

dábanle aspecto [152] <strong>de</strong> fantasma, y si la joven <strong>de</strong>spertase en aquel momento se<br />

llenaría <strong>de</strong> terror al verle. Estaba profundamente dormida, con la cabeza apoyada en el<br />

respaldo <strong>de</strong>l sillón y ligeramente inclinada. Delante tenía una carta a medio escribir, y<br />

otra muy larga y <strong>de</strong> letra extraña que parecía ser la que estaba contestando.<br />

-Yo conozco esa letra -pensó Sarmiento, <strong>de</strong>vorando con los ojos el escrito, que<br />

estaba apoyado en un libro puesto <strong>de</strong> canto a manera <strong>de</strong> atril.<br />

Conteniendo su respiración, el vagabundo examinó el pliego, que, abierto por el<br />

centro, no presentaba ni el principio ni el fin. Después fijó los ojos en la carta a medias<br />

escrita por Sola. D. Patricio miraba y fruncía el ceño apretando las mandíbulas. Tenía<br />

un aspecto tal <strong>de</strong> ferocidad aviesa, que si él mismo pudiera verse tuviera miedo <strong>de</strong> sí<br />

mismo. No tardó mucho en satisfacer su curiosidad; pero esta era tan intensa, que<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> leer una vez leyó la segunda. Después <strong>de</strong> la tercera no estaba tampoco<br />

satisfecho; mas temiendo que la joven <strong>de</strong>spertara, se retiró como había venido. Al llegar<br />

a su cuarto se <strong>de</strong>jó caer en la cama, y dando un gran suspiro exclamó para sí:<br />

-¡Bien lo <strong>de</strong>cía yo: los emigrados!... [153]

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