13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El héroe se <strong>de</strong>tuvo y la miró con seriedad afable... [347]<br />

-Repare usted bien que pronunció palabras muy categóricas y muy graves -le dijo en<br />

tono <strong>de</strong> queja-. Grabadas están en mi memoria. [348] «Como Dios es mi padre... ¿no<br />

fue así?... como Dios es mi padre, juro que quiero casarme con el viejo».<br />

-Así fue -afirmó Sola, repitiendo aquel eco <strong>de</strong> su alma-; con el viejo, con el viejo.<br />

-Es <strong>de</strong>cir, conmigo.<br />

-Con usted.<br />

D. Benigno anduvo algunos pasos, y <strong>de</strong>teniéndose luego, habló así entre turbado y<br />

festivo:<br />

-Pues bien, hija <strong>de</strong> mi corazón, yo tengo ahora un antojo que quizás usted lleva a<br />

mal; a mí me ha entrado un capricho, una manía... Qué quiere usted... siento <strong>de</strong>círselo...<br />

quizás se enfa<strong>de</strong>.<br />

-¿Qué?<br />

-Pues es que... que ahora me tocan a mí los mimos... y, en una palabra, que ya no<br />

quiero casarme con usted.<br />

Y echándose a reír, añadió:<br />

-Nada, hijita, le doy a usted calabazas... ¿no contaba con mis veleida<strong>de</strong>s, eh? ¿No<br />

contaba usted con las coqueterías <strong>de</strong>l viejo?<br />

Y al <strong>de</strong>cir esto abrió los brazos, <strong>de</strong>rramó una lágrima, y riendo siempre, estrechó a<br />

Sola contra su corazón, en el cual se <strong>de</strong>sbordaban los afectos más puros.<br />

-Venga acá, hija <strong>de</strong> mi corazón - exclamó-, venga acá y abráceme también. Dios me<br />

ha iluminado para hacerla el mayor bien que podría usted esperar <strong>de</strong> mí. Felicitémonos<br />

ambos <strong>de</strong> este triunfo <strong>de</strong> mi razón, y ahora entonemos un himno al sentido común que<br />

ha sido nuestro salvador.<br />

Sola comprendía a medias.<br />

-¿Quiere usted que nos sentemos en esta piedra?<br />

-Sí -dijo Sola, ávida <strong>de</strong> hablar, <strong>de</strong> oír explicaciones-, sentémonos. Usted aquí... que<br />

está más seco.<br />

-Cuando me dijo usted aquellas palabras -manifestó D. Benigno, quitándose los<br />

anteojos para limpiar los vidrios que se habían empañado ligeramente- me quedó en el<br />

primer momento en éxtasis y como <strong>de</strong>slumbrado. Después tuve la suerte <strong>de</strong> no <strong>de</strong>jarme<br />

alucinar por las pasiones, y <strong>de</strong> ver claro en un asunto tan expuesto al error. Parece que el<br />

buen sentido se redobló en mí, preparándose para la gran batalla que se iba a dar en el<br />

campo <strong>de</strong> mi espíritu, y que las pasiones se aterrorizaron, anunciando su vencimiento.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!