13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

que se ven en peligro la rápida inspiración <strong>de</strong>l momento. Yo sentía en mí un estro<br />

grandioso, avivado por mis contrariadas pasiones, mi rencor y mi <strong>de</strong>specho. Tenía la<br />

penetrante vista <strong>de</strong>l genio y había llegado a ese momento sublime en que los más [250]<br />

profundos secretos <strong>de</strong> nuestro <strong>de</strong>stino se nos muestran con claridad espantosa. Mi<br />

pensamiento, como la aguja magnética <strong>de</strong> una brújula, señalaba con insistencia la casa<br />

<strong>de</strong>l marqués <strong>de</strong> Falfán.<br />

-¡Oh, allí, allí... he <strong>de</strong> encontrar la solución <strong>de</strong> este horrible problema!<br />

- XXXI -<br />

Y corriendo hacia la casa, soñaba no ya con las <strong>de</strong>licias <strong>de</strong> un encuentro feliz y <strong>de</strong><br />

una amable reconciliación, sino con proporcionar a mi alma el inefable, el celestial, el<br />

infinito regocijo <strong>de</strong> un escándalo, <strong>de</strong> una escena, <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas venganzas <strong>de</strong> mujer que<br />

son la Ilíada (13) <strong>de</strong>l corazón femenino. No sé si me equivocaré juzgando por mí <strong>de</strong> todas<br />

las mujeres; pero pienso firmemente que ninguna, por muy tímida que sea, <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />

sentir en momentos dados, y cuando se discuten asuntos <strong>de</strong>l corazón, el po<strong>de</strong>roso<br />

instinto <strong>de</strong> la majeza. La maja, digan lo que quieran, no es más que lo femenino puro.<br />

De mí puedo asegurar que en aquel instante me sentía verdulera. [251]<br />

-Tengo la seguridad -<strong>de</strong>cía-, <strong>de</strong> que le encontraré allí. El corazón me lo dice... Es<br />

precisamente lo que necesito; es la satisfacción más preciosa y agradable <strong>de</strong> mi inmenso<br />

afán, el <strong>de</strong>sahogo <strong>de</strong> mi pecho, semejante a un volcán sin cráter, el consuelo <strong>de</strong> todas<br />

mis penas. Hablaré, gritaré, vomitaré injurias, ¿qué digo injurias?, verda<strong>de</strong>s. Diré todo<br />

lo que sé; abriré los ojos <strong>de</strong> un marido crédulo y bonachón; arrancaré la máscara a una<br />

hipócrita; confundiré a un ingrato... en suma, estaré en mi elemento... ¡¡Ahora, Santo<br />

Dios <strong>de</strong> las venganzas, ahora sí que no se me pue<strong>de</strong> escapar!!<br />

Al dirigirme a la plaza <strong>de</strong> la Magdalena, don<strong>de</strong> vivía el Marqués, vi a dos o tres<br />

patriotas que eran llevados presos por el pueblo con una cuerda al cuello. ¡Pobre gente!<br />

Entre ellos vi a Canencia, que me dirigió al pasar una mirada suplicante; pero no hice<br />

caso y seguí. Casi arrastrando a Mariana que apenas podía seguirme <strong>de</strong> puro cansada y<br />

soñolienta, llegué a casa <strong>de</strong> Falfán.<br />

En el patio encontré al Marqués, que al punto que me vio asombrose mucho <strong>de</strong> la<br />

alteración <strong>de</strong> mi semblante, creyendo que ocurría algún grave acci<strong>de</strong>nte.<br />

-Señora -me dijo ofreciéndome una silla-, no extraño que esa gente mal educada...<br />

[252] Se están cometiendo toda clase <strong>de</strong> excesos en la <strong>de</strong>sgraciada Sevilla.<br />

-No es eso, no -repuse-. Si no me ha pasado nada.<br />

-Señora, su rostro <strong>de</strong> usted me indica gran <strong>de</strong>sasosiego y agitación.<br />

-Es verdad -dije-, pero...

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!