13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

esto, viviremos juntos, charlaremos, nos contaremos nuestras <strong>de</strong>sdichas y nos<br />

consolaremos mutuamente.<br />

Al día siguiente Fernando cobró algunas fuerzas, y serenándose su mente, empezó a<br />

compren<strong>de</strong>r la infame sorpresa <strong>de</strong> que había sido víctima. No obstante, todavía los<br />

Reyes legítimos estaban en Palacio como cohibidos por la gente apostólica, cuyo po<strong>de</strong>r<br />

era gran<strong>de</strong> aún, a pesar <strong>de</strong> la situación <strong>de</strong>sfavorable en que se encontraban. Les esperaba<br />

todavía el golpe <strong>de</strong> gracia, que había <strong>de</strong> darles muerte en la esfera cortesana, cerrándoles<br />

todo camino que no fuera el <strong>de</strong> la guerra. En la madrugada <strong>de</strong>l 22 llegó a San Il<strong>de</strong>fonso<br />

la infanta Carlota, esposa <strong>de</strong>l infante Don Francisco y hermana <strong>de</strong> Cristina, mujer<br />

resuelta, varonil, <strong>de</strong>sparpajada, libre y campechana <strong>de</strong> palabras, alta, airosa y algo<br />

manolesca <strong>de</strong> figura, valerosa hasta lo sumo, <strong>de</strong>spótica, y tan ardiente <strong>de</strong> genio que,<br />

según [372] pública opinión, trataba a bofetadas, cuando el caso lo requería, a las<br />

personas ligadas a ella por el parentesco más íntimo. Odiaba con toda su alma a las dos<br />

princesas brasileñas, Doña Francisca y la <strong>de</strong> Beira, y este aborrecimiento podrá explicar<br />

quizás mejor que ninguna razón política, la guerra que había <strong>de</strong>clarado a los apostólicos.<br />

¡Formidable influencia <strong>de</strong> la mujer en el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los pueblos! Los hombres pensando,<br />

plantean las teorías y los sistemas, crean los partidos; las mujeres amando o<br />

aborreciendo, <strong>de</strong>terminan la acción. Imaginando que la historia es un drama, el hombre<br />

es el histrión y la mujer el autor. No ha existido ningún gran suceso político que no haya<br />

venido a la historia a impulsos <strong>de</strong> manos femeninas, y esa académica nave <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong><br />

que tanto hablan los tratados políticos no navegaría muchas veces si no tiraran <strong>de</strong> ella<br />

las voladoras palomitas <strong>de</strong> Venus.<br />

Doña Carlota entró en Palacio hablando a gritos, tratando con modales bruscos a<br />

todo el mundo, servidumbre, gentiles-hombres y damas; presentose a su hermana y<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> abrazarla la llamó tonta unas veinte veces. El testigo presencial <strong>de</strong> estas<br />

escenas, que ya no eran <strong>de</strong> tragedia ni <strong>de</strong> drama sino <strong>de</strong> opereta, cuenta que como<br />

Cristina y Carlota hablaban acaloradamente en italiano, no era posible [373] a los<br />

presentes enten<strong>de</strong>r bien lo que <strong>de</strong>cían; sólo se entendían algunas palabras, como<br />

sciocca, pazza, regina <strong>de</strong> galleria, sceleratezza... Después la Infanta <strong>de</strong>scansó un<br />

momento, y a hora avanzada <strong>de</strong> la mañana anunció que recibiría a los ministros y <strong>de</strong>más<br />

personajes que quisieran cumplimentarla. Cuando Calomar<strong>de</strong> y el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> la Alcudia<br />

entraron, Doña Carlota afectó serenidad y preguntó al ministro <strong>de</strong> Gracia y Justicia la<br />

razón <strong>de</strong> haber revelado el secreto <strong>de</strong>l codicilo, contra lo dispuesto por Su Majestad.<br />

Tembloroso y cortado, D. Ta<strong>de</strong>o se excusó con el letargo <strong>de</strong>l Rey, que parecía muerte.<br />

-Su Majestad -dijo Doña Carlota, disimulando su ira-, quiere recoger el original <strong>de</strong>l<br />

codicilo y me encarga <strong>de</strong>cir a usted que lo presente ahora mismo.<br />

El ministro se inclinó, saliendo en busca <strong>de</strong> lo que se le pedía. Entretanto todos los<br />

que no se habían manifestado muy claramente partidarios <strong>de</strong>l Infante se reunían en la<br />

Cámara. En pie y moviéndose sin cesar <strong>de</strong> un lado para otro, altiva, nerviosa, respirando<br />

fuerte, Doña Carlota parecía que imaginaba cruelda<strong>de</strong>s y violencias impropias <strong>de</strong> mujer<br />

y <strong>de</strong> princesa. Los circunstantes (22) no le dijeron nada, y Cristina misma, con ojos<br />

encendidos <strong>de</strong> tanto llorar y el seno palpitante, enmu<strong>de</strong>cía ante la arrogantísima actitud<br />

[374] <strong>de</strong> aquella nueva Semíramis, su hermana.<br />

Cuando Calomar<strong>de</strong> entregó a la Infanta el manuscrito, que tantos <strong>de</strong>svelos y<br />

fingimiento había costado a los apostólicos, Carlota no se tomó el trabajo <strong>de</strong> leerlo y lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!