13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

todos los gran<strong>de</strong>s negocios <strong>de</strong> la aristocracia estaban a su [153] cargo. Fue en su época<br />

lo que posteriormente Pérez Hernán<strong>de</strong>z y más tar<strong>de</strong> Cortina. Su señora era castellana<br />

vieja, algo chapada a la antigua, y sus hijos siguieron diversos <strong>de</strong>stinos y carreras. Uno<br />

<strong>de</strong> ellos, D. José, casó por aquellos años con Doloritas Armijo, guapísima muchacha,<br />

cuyo nombre parece que no viene al caso en esta relación, y sin embargo, está aquí muy<br />

en su lugar.<br />

El primer pasante <strong>de</strong> Cambronero era un joven llamado Juan Bautista Alonso, a<br />

quien el insigne letrado tomó gran cariño, legándole al morir sus negocios y su rica<br />

biblioteca. Alonso, que más tar<strong>de</strong> fue también abogado eminente, político y filósofo <strong>de</strong><br />

nota, tuvo en su mocedad aficiones <strong>de</strong> poeta, y por tanto, amistad con todos los poetas y<br />

literatos jóvenes <strong>de</strong> la época. Él fue, pues, quien introdujo en las agradabilísimas y<br />

honestas tertulias <strong>de</strong> Cambronero a Vega, Espronceda, Felipe Pardo, Juanito Pezuela, y<br />

por último, al misántropo, al incomprensible, al que ya se llamaba con poca fortuna<br />

Duen<strong>de</strong> Satírico, y más tar<strong>de</strong> se había <strong>de</strong> llamar Pobrecito hablador, Bachiller Pérez <strong>de</strong><br />

Murguía, Andrés Niporesas, y finalmente Fígaro.<br />

Como Pipaón había <strong>de</strong> meterse en todas partes, iba también a casa <strong>de</strong> Cambronero.<br />

Jenara, sin que se supiese la causa, había disminuido [154] consi<strong>de</strong>rablemente sus<br />

tertulias; recibía poquísima gente, y sólo daba convites en muy contados días. En<br />

cambio, iba a la tertulia <strong>de</strong> Cambronero, don<strong>de</strong> hallaba casi todo el contingente <strong>de</strong> la<br />

suya, y a<strong>de</strong>más otras personas que no había tratado hasta entonces, tales como D. Ángel<br />

Iznardi, D. José Rives, D. Juan Bautista Erro y el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Negri.<br />

También se veía por allí al joven Olózaga, pasante, como Alonso, en el bufete <strong>de</strong><br />

Cambronero, si bien menos asiduo en el trabajo. Des<strong>de</strong> los principios <strong>de</strong>l año andaba<br />

Salustiano tan distraído, que no parecía el mismo. Iba a las reuniones como por<br />

compromiso o por temor <strong>de</strong> que al echarse <strong>de</strong> menos su persona, se le creyese<br />

empeñado en conspiraciones políticas. Su mismo padre, D. Celestino, se quejaba <strong>de</strong> sus<br />

frecuentes ausencias <strong>de</strong> la casa. Tal conducta no podía atribuirse sino a dos motivos,<br />

política o amores. La familia y los conocidos, inclinándose siempre a lo menos<br />

peligroso, presumían que Salustiano andaba enamorado. Su buena figura, su elocuencia,<br />

sus distinguidos modales, la misma exaltación <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as políticas y otras prendas <strong>de</strong><br />

mucha estima, dándole <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su tierna juventud gran favor entre las damas, justificaban<br />

aquella i<strong>de</strong>a. De repente, Jenara <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> asistir también con puntualidad a las tertulias.<br />

El [155] público, que todo lo quiere explicar según su especial modo <strong>de</strong> ver, comentó<br />

aquellas ausencias con cierta malignidad, y hasta hubo quien hablara <strong>de</strong> fuga al<br />

extranjero en busca <strong>de</strong> apartadas y placenteras soleda<strong>de</strong>s, propicias al amor. Se daban<br />

pormenores, se refirieron entrevistas, se repitieron frases, y sin embargo, todo esto y lo<br />

<strong>de</strong>más que se dijo y que no es para contarlo, era un castillo aéreo levantado por las<br />

<strong>de</strong>licadas manos <strong>de</strong> la chismografía. Pero acontece que tales obras, con ser <strong>de</strong> aire, son<br />

más fáciles <strong>de</strong> levantar que <strong>de</strong> <strong>de</strong>struir, y así <strong>de</strong> día en día aquella iba tomando<br />

consistencia y alzándose más y engalanándose con torreones <strong>de</strong> epigramas y chapiteles<br />

<strong>de</strong> calumnias.<br />

- XVI -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!