13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Gracián levantó un pisa-papeles que en la mesa <strong>de</strong> su escritorio oprimía varias cartas.<br />

Tenía aquel objeto la forma <strong>de</strong> un pie <strong>de</strong> cabrón, y habiendo salido ileso <strong>de</strong> los<br />

escombros <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> D. Felicísimo, Pipaón lo regaló al padre Gracián como<br />

recuerdo <strong>de</strong> su amantísimo suegro, que era amigo íntimo <strong>de</strong>l jesuita. Este miró la carta<br />

que bajo el pie <strong>de</strong> cabrón estaba y dijo:<br />

-Aviraneta llegó a Tolosa <strong>de</strong> Francia. Me escribe con fecha <strong>de</strong>l 13. Ya ve usted que<br />

le confío mis secretos.<br />

-Y ya sabe Vuestra Reverencia que soy un sepulcro -replicó Cor<strong>de</strong>ro levantándose-.<br />

Muchas felicida<strong>de</strong>s y pocos sustos.<br />

Despidiose y fue a ver a Genara, esperando hallar en su casa las noticias que no pudo<br />

o no quiso darle Gracián. La dama estaba preparando sus maletas para huir <strong>de</strong> Madrid y<br />

<strong>de</strong> la epi<strong>de</strong>mia que empezaba a difundir horroroso pánico en los habitantes <strong>de</strong> la Villa.<br />

De los informes que Cor<strong>de</strong>ro buscaba, nada podía darle Genara, porque nada había<br />

sabido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> su esposo enfermo y <strong>de</strong>mente <strong>de</strong>l hospital militar <strong>de</strong><br />

Pamplona. [430]<br />

La señora no pensaba más que en huir, huir <strong>de</strong> aquel azote <strong>de</strong> Dios que había<br />

empezado hiriendo a los pobres y pronto <strong>de</strong>scargaría sobre los ricos. Ya había casos, sí,<br />

ya había casos <strong>de</strong> gente acomodada. Un consejero jubilado, la señora <strong>de</strong> un Alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

Corte, un exento <strong>de</strong> guardias, un oficial <strong>de</strong> correos y un poeta habían caído el día<br />

anterior... ¡Bendito Dios! los que no eran pobres tenían al menos el recurso <strong>de</strong> la fuga,<br />

siempre que el cólera no fuera con ellos, invisible, en la zaga <strong>de</strong>l coche, como solía<br />

acontecer. Genara tenía mucho miedo a la muerte, señal <strong>de</strong> turbada conciencia; pero ella<br />

se esforzaba en aparecer serena y animábase con sus propias sonrisas, como el soldado<br />

cobar<strong>de</strong> con sus propias bravatas. Iba, venía, recogiendo ropas, llenando baúles,<br />

haciendo y <strong>de</strong>shaciendo paquetes, dictando ór<strong>de</strong>nes; contando su dinero y apuntando<br />

encargos. Contestaba breve y fríamente a D. Benigno; pero cuando este le habló <strong>de</strong> su<br />

matrimonio <strong>de</strong> fórmula, mediante po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un novio ausente, volviose a él con brusco<br />

impulso y le dijo:<br />

-¿Por qué no me buscó usted para madrina?... No, no guardo yo rencor. Deseo<br />

perdonar y que me perdonen... Eso <strong>de</strong> darse las manos con cien leguas <strong>de</strong> por medio no<br />

está en mis libros... ¡Qué matrimonio tan <strong>de</strong>sgraciado, D. Benigno! Dios quiera que el<br />

cólera no separe más a marido y mujer.<br />

-¡Señora, por amor <strong>de</strong> Dios!...<br />

-No crea usted que es mala intención. Es lo contrario... Les <strong>de</strong>seo toda clase <strong>de</strong><br />

felicida<strong>de</strong>s. No crea usted que soy mala... ¡Y ahora que el hallarse en pecado mortal es<br />

tan peligroso!... No, no, reconciliación, piedad, perdón, amor a todos, conciencia limpia,<br />

ese es mi tema. ¿Es cierto que ha muerto anoche mucha gente?<br />

-Mucha, replicó Cor<strong>de</strong>ro observando la pali<strong>de</strong>z que el miedo pintaba en el agraciado<br />

rostro <strong>de</strong> Genara.<br />

No me lo diga usted... Esta tar<strong>de</strong> me voy. Me confesaré primero. ¿No creo usted que<br />

es buena i<strong>de</strong>a?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!