13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Soledad, hija <strong>de</strong> mi alma... -exclamó-. Ya comprendo lo que quieres <strong>de</strong>cirme. Tu<br />

intención es ponerme en un asilo... ¡Lo dices y no tiemblas!<br />

Después, variando <strong>de</strong> tono súbitamente, porque variaba <strong>de</strong> i<strong>de</strong>a, ahuecó la voz, alzó<br />

la mano y dijo:<br />

-¡Y crees tú que a un hombre como este se le mete en un hospicio! Sola, Sola,<br />

piénsalo bien. Tú has olvidado qué clase <strong>de</strong> mortal es [146] este que tienes en tu casa.<br />

¡Y me crees capaz <strong>de</strong> aceptar esa vida oscura, sin gloria y sin ti, sin ti y sin gloria! ¡ay!<br />

los dos polos <strong>de</strong> mi existencia... Mira, niña <strong>de</strong> mi alma, para que comprendas cuánto te<br />

quiero y cómo has conquistado mi gran corazón, te diré que yo no soy el que era, que si<br />

mis i<strong>de</strong>as no han variado han variado mis acciones y mi conducta.<br />

Y luego con una seriedad que hizo sonreír a Sola en medio <strong>de</strong> su pena, se expresó<br />

así:<br />

-Es evi<strong>de</strong>nte... porque esto es evi<strong>de</strong>nte como la luz <strong>de</strong>l día... que yo estoy <strong>de</strong>stinado a<br />

coronarme <strong>de</strong> gloria, a adornar mi frente <strong>de</strong> rayos esplendorosos sacrificándome por la<br />

libertad, ofreciéndome como víctima expiatoria en el altar <strong>de</strong> la patria, como el insigne<br />

general, mi compañero <strong>de</strong> martirio, que me espera en la mansión <strong>de</strong> los justos, allá<br />

don<strong>de</strong> las virtu<strong>de</strong>s y el heroísmo tienen eterno y solemne premio... Pues bien, es tanto lo<br />

que te quiero, que por tu cariño he ido <strong>de</strong>jando pasar días y días y días y hasta meses sin<br />

cumplir esto que ya no es para mí una pre<strong>de</strong>stinación tan sólo, sino un <strong>de</strong>ber sagrado.<br />

¿Me entien<strong>de</strong>s?<br />

Soledad le pasó la mano por la cabeza, incitándole a que no siguiese tocando aquel<br />

tema.<br />

-Por ti, sólo por ti... -prosiguió el viejo-. [147] ¡Me da tanta pena <strong>de</strong>jarte!... Así es<br />

que me digo: «Tiempo habrá, Señor»... ¿Creerás que aquí en tu compañía se me han<br />

pasado semanas enteras sin acordarme <strong>de</strong> semejante cosa?... Hay más todavía: yo estaba<br />

dispuesto a hacer un sacrificio mayor... ¿te espantas? que es el <strong>de</strong> sacrificarte mi<br />

sacrificio, ¿no lo entien<strong>de</strong>s?... Sí, poner a tus pies mi propia gloria, mi corona <strong>de</strong><br />

estrellas... Sí, chiquilla, yo estaba dispuesto a no separarme jamás <strong>de</strong> ti y a no pensar<br />

más en la política... ni en Riego, ni en la libertad... ¡Oh! hija mía, tú no pue<strong>de</strong>s<br />

compren<strong>de</strong>r la inmensidad <strong>de</strong> tal sacrificio. Por él juzgarás <strong>de</strong> la inmensidad <strong>de</strong>l amor<br />

que te tengo. ¡Y cuando yo renuncio por ti a lo que es mi propia vida, a mi i<strong>de</strong>a santa,<br />

gloriosa, augusta, tú me abandonas, me echas a un lado como mueble inútil, me mandas<br />

a un hospicio y te vas!...<br />

Soledad veía crecer y tomar proporciones aquel problema <strong>de</strong> la separación que le<br />

causaba tanta pena. Su alma no era capaz <strong>de</strong> arrepentirse <strong>de</strong>l bien que había hecho al<br />

<strong>de</strong>svalido anciano; pero <strong>de</strong>ploraba que por los misteriosos <strong>de</strong>signios <strong>de</strong> Dios, la caridad<br />

que hiciera algunos meses antes, le trajese ahora aquel conflicto que empezaba a surgir<br />

en su cristiano corazón.<br />

-El Señor nos iluminará -dijo, remitiendo [148] su cuita al que ya la había salvado <strong>de</strong><br />

gran<strong>de</strong>s peligros-. Confío en que Dios nos indicará el mejor camino. Si tú le pidieras<br />

con fervor, como yo lo hago, luz, fuerzas, paciencia y fe, sobre todo fe...

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!