13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Tan turbado estaba D. Rodriguín, que las primeras palabras salidas <strong>de</strong> su boca fueron<br />

un latinajo incomprensible. No acertaba a pedir socorro en castellano ni a expresarse<br />

tampoco en vulgar latín.<br />

-Ya, ya sabemos lo que usted <strong>de</strong>sea -dijo cariñosamente el señor mayor, poniéndole<br />

la mano en el hombro-. Usted viene huyendo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>gollina <strong>de</strong> San Isidro... Aquí no<br />

hay que temer... Sola, querida hija, a este caballerito le vendrá bien una taza <strong>de</strong> caldo.<br />

-Utique... gratias agere...<br />

-O un vasito <strong>de</strong> vino blanco con bizcochos.<br />

-Mejor vino que caldo -dijo entonces en claro español el estudiante.<br />

Y no se saciaba <strong>de</strong> mirar al señor <strong>de</strong> los espejuelos <strong>de</strong> oro, y a la joven, y a los<br />

chicos, que no menos espantados que él le ro<strong>de</strong>aban.<br />

Sola (pues no era otra la señora <strong>de</strong> aquella casa) salió en busca <strong>de</strong>l reconfortante, y<br />

D. Rodriguín, ya completamente recobrado el sentido, pudo reconocer a D. Benigno.<br />

-Ya sé don<strong>de</strong> estoy -dijo-. Ya sé que <strong>de</strong>bo esta hospitalidad a don Benigno Cor<strong>de</strong>ro y<br />

a su digna esposa.<br />

-No es esta señora mi mujer -replicó el <strong>de</strong> Boteros algo amostazado-, aunque sí lo<br />

fuera nada tendría <strong>de</strong> particular... Esta casa, no es mi casa, es <strong>de</strong> un amigo que está<br />

ausente, es <strong>de</strong>l esposo <strong>de</strong> esa dignísima señora, ¿entien<strong>de</strong> usted?... Vamos a otra cosa...<br />

Podrían verlo a usted <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tejado, si a los sicarios se les antoja subir para que no<br />

que<strong>de</strong>n [448] vivos ni los gatos... ¡qué horrible día, Virgen <strong>de</strong>l Sagrario!... Bajemos,<br />

señor subdiácono...<br />

-No soy subdiácono, sino colegial -dijo Rodriguín, siguiendo a don Benigno (24) por la<br />

escalera abajo-. Suum cuique.<br />

La casa no era <strong>de</strong> vecindad. Tenía dos pisos altos, ocupados por un solo inquilino.<br />

Demasiado gran<strong>de</strong> para un soltero, era tal que para un casado sin hijos, sobraba más <strong>de</strong><br />

la mitad. Sola se instaló en ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día <strong>de</strong> su boda para limpiarla y tenerla en tal<br />

disposición que todo lo hallase a punto su marido cuando viniese. Una criada elegida<br />

por ella, Juanito Jacobo y el criado que Salvador había <strong>de</strong>jado en la casa, daban<br />

compañía y custodia a Sola por la noche, y por el día D. Benigno, su hermana y sus<br />

hijos mayores apenas salían <strong>de</strong> allí. Todos ayudaban a la gran<strong>de</strong> obra <strong>de</strong> la limpieza y<br />

buena distribución <strong>de</strong> los muebles, al adorno y arreglo <strong>de</strong> la casa, que estaba primorosa.<br />

No faltaba en ella más que una cosa, el amo. Esperábanle cada semana, cada día, cada<br />

hora. Se habían recibido cartas suyas. Su esposa no cesaba <strong>de</strong> cavilar y <strong>de</strong> calentarse el<br />

cerebro, ya contando horas y minutos, ya imaginando obstáculos, o bien discurriendo el<br />

modo <strong>de</strong> ir al encuentro <strong>de</strong> su cara mitad, cosa harto difícil ciertamente por no saber qué<br />

camino traía.<br />

El cólera había llenado <strong>de</strong> consternación y luto el alma <strong>de</strong> la señora, afectando<br />

también a sus leales amigos. Más que por sí mismos, temían ella y ellos por el ausente.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!