13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-¡Ah!... ya no me acordaba <strong>de</strong> ti -dijo entre dientes-. Voy a <strong>de</strong>spacharte.<br />

Soledad miraba a la señora con espanto. Después <strong>de</strong> observarla bien, cerciorándose<br />

<strong>de</strong> quién era, bajó los ojos y se quedó como una muerta. Creeríase que batallaba<br />

angustiosamente con su <strong>de</strong>smayado espíritu, tratando <strong>de</strong> infundirle fuerza, y que entre<br />

sollozos imperceptibles le <strong>de</strong>cía: «Levántate, alma mía, que aún falta lo más espantoso».<br />

[<strong>20</strong>4]<br />

-Con el permiso <strong>de</strong> usted, señora -dijo Chaperón mirando a la dama-, voy a<br />

<strong>de</strong>spachar antes a esta joven. Lobo, extienda usted la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> prisión... Llame usted<br />

para que la lleven... Or<strong>de</strong>n al alcai<strong>de</strong> para que la incomunique...<br />

La víctima <strong>de</strong>jó caer su cabeza sobre el pecho.<br />

Después miró <strong>de</strong> nuevo a la dama; pero esta vez encendiose su rostro y parecía que<br />

sus ojos relampagueaban con viva expresión <strong>de</strong> amenaza. Esto duró poco. Fue la<br />

sombra <strong>de</strong>l espíritu maligno al pasar en veloz corrida por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l ángel oscureciendo<br />

su luz.<br />

La señora estaba también pálida y <strong>de</strong>sasosegada. Indudablemente no gustaba <strong>de</strong> ver a<br />

quien veía, y en presencia <strong>de</strong> aquella humil<strong>de</strong> personilla con<strong>de</strong>nada parecía tener miedo.<br />

-Aquí tienes, mala cabeza -dijo Chaperón dirigiéndose a la huérfana-, el resultado <strong>de</strong><br />

tu terquedad. Demasiado bueno he sido para ti... ¿Qué hemos sacado <strong>de</strong> tu <strong>de</strong>claración?<br />

Que Cor<strong>de</strong>ro es inocente. ¿Y qué ganamos con eso, qué gana con eso la justicia? Tú y<br />

nosotros a<strong>de</strong>lantamos muy poco... Si hablaras sería distinto... Tú habrás oído <strong>de</strong>cir<br />

aquello <strong>de</strong>... quien te dio el pico, te hizo rico. ¿Te vas enterando? pero ahora, picarona,<br />

lo meditarás [<strong>20</strong>5] mejor en la cárcel... Allí se aclaran mucho los sentidos... verás. Esta<br />

linda pieza -añadió señalando a la víctima y mirando a la señora- es la estafeta <strong>de</strong> los<br />

emigrados, ¿qué tal? Ella misma lo confiesa, lo cual no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> tener mérito; pero nos<br />

ha <strong>de</strong>jado a media miel, porque no quiere <strong>de</strong>cir a quién entregó las cartas que ha<br />

recibido hace unos días.<br />

Soledad se levantó bruscamente.<br />

-Una <strong>de</strong> las cartas <strong>de</strong> los emigrados -dijo con tono grave extendiendo el brazo-, la<br />

entregué a esa señora.<br />

Después <strong>de</strong> señalarla con fuerza, cayó en su asiento con la cabeza hacia atrás. Breve<br />

rato estuvieron mudos y estupefactos los tres testigos <strong>de</strong> aquella escena.<br />

-Es verdad -balbució la dama-. He recibido una carta <strong>de</strong> un emigrado que está en<br />

Inglaterra; no sé quién la llevó a mi casa... ¿qué mal hay en esto?<br />

Chaperón, que estaba como aturdido, iba a contestar algo muy importante, cuando la<br />

señora corrió hacia la huérfana, gritando:<br />

-Se ha <strong>de</strong>smayado esa infeliz.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!