13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

otro es el Sr. Cor<strong>de</strong>ro un excelente amigo, a quien <strong>de</strong>bo servir y serviré con todas mis<br />

fuerzas.<br />

Levantose. La enferma, acometida por una convulsión, <strong>de</strong>splomose sobre las<br />

almohadas.<br />

-Ánimo, señora -dijo con la frialdad <strong>de</strong>l médico que pone recetas en el momento <strong>de</strong><br />

la muerte-. Usted me conoce y sabe que haré cuanto <strong>de</strong> mí <strong>de</strong>penda. El caso es grave,<br />

gravísimo: ignoro hasta dón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> llegar mi influencia; pero hay que confiar en Dios,<br />

que hace milagros, que los ha hecho algún día, que los volverá a hacer, señora, si es<br />

preciso. Dios ampara a los buenos.<br />

Emitida esta máxima, se llevó el pañuelo a los ojos, como si quisiera limpiar la<br />

humedad <strong>de</strong> una lágrima auténtica, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> echar un suspirillo mal sacado, salió <strong>de</strong><br />

la alcoba, <strong>de</strong>jando a las dos mujeres más atribuladas <strong>de</strong> lo que estaban antes <strong>de</strong> su<br />

aparición.<br />

Muy avanzada la noche, cuando la enferma, vencida por la fatiga, pudo hallar en un<br />

ligero sueño alivio a las penas <strong>de</strong> su alma, Sola subió a su casa. Ordinariamente subía la<br />

escalera [175] en veloces saltos, cual pájaro que vuela a su nido; aquella noche la subió<br />

lentamente, con tanto trabajo como si cada escalón fuese una montaña. No apartaba los<br />

ojos <strong>de</strong>l suelo, y su rostro estaba lívido. Sin duda veía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí misma espectros que<br />

la horrorizaban.<br />

¿Qué tienes, niña mía? -le preguntó Sarmiento, que había salido a abrirle-. ¡Cuánto<br />

tiempo sin verte!... Esa pobre gente estará muy afligida. Y gracias que tienen un ángel<br />

como tú para que les acompañe.<br />

La huérfana no contestó nada. La voz <strong>de</strong> D. Patricio parecía no ser para ella más<br />

interesante ni más expresiva que el áspero chirrido <strong>de</strong> los goznes <strong>de</strong> la puerta.<br />

-¿Qué tienes? ¿en qué piensas? -dijo el anciano sentándose junto a ella-. Tú tienes<br />

algo.<br />

Después <strong>de</strong> una pausa en que silenciosamente la contempló, dijo con la más viva<br />

amargura:<br />

-¡Ya comprendo, pobre <strong>de</strong> mí! Ha llegado el momento <strong>de</strong> separarte <strong>de</strong> tu viejo, <strong>de</strong><br />

meterme en un hospicio y <strong>de</strong> marcharte para Inglaterra. Como me has tomado algún<br />

cariño, esta separación no pue<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> afligirte.<br />

-Ya no me voy para Inglaterra -murmuró Sola con una seriedad sepulcral que<br />

<strong>de</strong>sconcertó más a Sarmiento. [176]<br />

-Pues entonces... eso que me has dicho me causa muchísima alegría, hija <strong>de</strong> mi<br />

corazón. ¿Conque no te vas? ¡Qué sabrosas nuevas has traído esta noche a tu viejecito!<br />

Dame un abrazo.<br />

Al caer en los brazos <strong>de</strong>l vagabundo, y cuando este la estrechaba con amante ardor<br />

en ellos, Sola gimió dolorosamente y se echó a llorar, diciendo:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!