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16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

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-Está usted muy intranquila.<br />

-Intranquila no, estoy furiosa.<br />

Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir esto y <strong>de</strong> romper en seis pedazos mi abanico, que ya lo estaba en<br />

cuatro, procuré tomar una actitud aparentemente serena, pues el caso requería en mí la<br />

grave majestad <strong>de</strong>l que con<strong>de</strong>na, no la atolondrada cólera y pueril turbación <strong>de</strong>l<br />

con<strong>de</strong>nado.<br />

-¿Y por qué está usted furiosa? -me preguntó el Marqués, confundido-. ¿En qué<br />

puedo servir a usted?<br />

-¡Yo sé que está aquí!!... -dije mirando al Marqués <strong>de</strong> un modo que le aterró.<br />

-¿Quién?<br />

-¡Oh!, ¿quién?... será preciso que yo hable, que lo diga todo...<br />

-Señora, no comprendo una palabra.<br />

-Llame usted a la señora Marquesa, y quizás ella me comprenda -repuse con amargo<br />

sarcasmo.<br />

-Andrea no está en casa. [253]<br />

Al oír esto sentí un sacudimiento. Nuevo y más doloroso cambio en mis i<strong>de</strong>as, en mi<br />

voluntad, en mi cólera, en mis planes; nuevo movimiento <strong>de</strong> la aguja magnética que<br />

brujuleaba en mi corazón, marcándome el <strong>de</strong>rrotero en medio <strong>de</strong> la tempestad... El<br />

Marqués no podía tener interés en negarme a su esposa. Así lo comprendí al momento,<br />

y sin vacilar un instante, dije:<br />

-¿Ha ido a la casa <strong>de</strong> D.ª María Antonia?<br />

-Precisamente, allí está -manifestó Falfán en tono <strong>de</strong> confianza honrada y tranquila<br />

que hubiera cautivado a otra persona más irritada que yo-. La Sra. D.ª María Antonia se<br />

puso anoche mala y mi esposa fue a acompañarla un ratito. A las diez estaba <strong>de</strong> vuelta.<br />

-¿A las diez?<br />

-Pero sin duda la Sra. D.ª María Antonia se ha agravado hoy, porque al rayar el día<br />

vinieron a buscar a Andrea y allá está. ¿Encuentra usted en esto algo <strong>de</strong> extraño?<br />

-No señor, nada -dije levantándome-. ¿Y dón<strong>de</strong> vive esa D.ª Antonia?<br />

-En la calle que sale a la puerta <strong>de</strong> Carmona, número 26. ¿Pero se va usted sin<br />

explicarme el motivo <strong>de</strong> su visita, su agitación...?<br />

-Sí señor, me voy. [254]<br />

-Pero...

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