13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Señora: ¡se marcha usted en el momento crítico! -exclamó con asombro y pena-. Se<br />

van a reanudar estas interesantes discusiones. ¡Qué discursos vamos a oír!<br />

-Estoy fatigada. Hace mucho calor. [199]<br />

-Sin embargo...<br />

Mientras en el salón resonaba un rumor sordo como el anuncio <strong>de</strong> furibunda<br />

tempestad parlamentaria, Mariana y yo nos dispusimos a salir; pero en el mismo<br />

instante, ¡oh contrariedad imprevista!, multitud <strong>de</strong> caballeros y señoras entraron en la<br />

tribuna. Eran los que habían salido durante el período <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso, que regresaban a sus<br />

puestos para disfrutar <strong>de</strong> la parte dramática <strong>de</strong> la sesión. A<strong>de</strong>más, numeroso gentío<br />

recién venido se apiñaba en la puerta. No era posible salir.<br />

-Señora -me dijo el Marqués-, ya ve usted que no es fácil la salida. No pierda usted<br />

su asiento. Esto acabará pronto.<br />

No tuve más remedio que quedarme. Caí en mi asiento como un reo en su banquillo<br />

<strong>de</strong> muerte. Lo que principalmente me apenaba era que entre la multitud había<br />

<strong>de</strong>saparecido el que bastaba a alegrar o entristecer mi situación. En la muralla <strong>de</strong> rostros<br />

humanos, ávidos <strong>de</strong> curiosidad, no estaba su rostro ni otro ninguno que se le pareciese.<br />

-Sin duda me aguarda fuera -pensé-. ¡Qué <strong>de</strong>sesperación! ¡Cuándo acabará esta<br />

farsa!... [<strong>20</strong>0]<br />

- XXV -<br />

-La comisión que fue con el mensaje a Palacio -dijo el Marqués alargando su rostro<br />

para abarcar con una mirada todo el salón-, ha vuelto y va a manifestar la respuesta <strong>de</strong><br />

Su Majestad.<br />

-Que le maten <strong>de</strong> una vez -indiqué en voz baja-. ¿Dice usted, señor Marqués, que<br />

esto acabará pronto?<br />

-Quizás no. Me parece que tendremos para un rato. Cosas tan graves no se <strong>de</strong>spachan<br />

en un credo.<br />

Pensé que se me caía el cielo encima. El profundo silencio que reinó durante un rato<br />

en aquel recinto, obligome a aten<strong>de</strong>r brevemente a lo que abajo pasaba. Un diputado en<br />

quien reconocí al almirante Valdés, tomó la palabra.<br />

Pudimos oír claramente las palabras <strong>de</strong>l marino al <strong>de</strong>cir: «Manifesté a Su Majestad<br />

que su conciencia quedaba salva, pues aunque como hombre podía errar, como Rey<br />

constitucional no tenía responsabilidad alguna; que escuchase la voz <strong>de</strong> sus consejeros y<br />

<strong>de</strong> los representantes [<strong>20</strong>1] <strong>de</strong>l pueblo, a quienes incumbía la salvación <strong>de</strong> la patria. Su<br />

Majestad respondió: He dicho, y volvió la espalda.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!