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16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

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-Se dice que pronto llegarán a Solsona. Yo temo volver a visitar los aposentos<br />

subterráneos <strong>de</strong>l ayuntamiento, y usted no <strong>de</strong>be vivir muy tranquilo puesto que ya está<br />

<strong>de</strong>clarado rebel<strong>de</strong> y pronto se le <strong>de</strong>clarará vendido a [181] Calomar<strong>de</strong>. Sé lo que son<br />

revoluciones y sé cómo se trata en ellas a los que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlas servido las<br />

abandonan.<br />

Tilín no atendía a las razones harto discretas <strong>de</strong>l forastero. Abstraído en otros<br />

pensamientos dijo <strong>de</strong> súbito:<br />

-Yo tengo una casa en Cadí... allá en los bosques <strong>de</strong> la Cerdaña, don<strong>de</strong> apenas hay<br />

raza humana... ¡Qué soledad, qué soledad tan gran<strong>de</strong> aquella!<br />

-¡Ah! -dijo Servet-. ¡un buen guerrillero, cansado <strong>de</strong>l mundo y herido en el corazón<br />

por los <strong>de</strong>sengaños se retira a hacer vida <strong>de</strong> anacoreta en su casa solar! Muy bien. Me<br />

gusta esa i<strong>de</strong>a que respon<strong>de</strong> a dos necesida<strong>de</strong>s urgentes, la <strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar <strong>de</strong> las fatigas <strong>de</strong><br />

la guerra o <strong>de</strong> los sobresaltos amorosos y la <strong>de</strong> ponerse a veinte leguas <strong>de</strong>l con<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

España, cuya compañía <strong>de</strong>be evitar quien estime en algo la vida. Y el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> España<br />

está en Cataluña... lo que equivale a <strong>de</strong>cir que nuestras cabezas y las cabezas <strong>de</strong> todos<br />

los guerrilleros apostólicos están sobre el tajo. En mal hora vendrán esos valientes<br />

navarros y aragoneses, como no vengan, según se ha dicho, a someterse.<br />

-El locutorio -dijo Pepet <strong>de</strong> súbito- está al lado <strong>de</strong>l camarín, don<strong>de</strong> están el altar viejo<br />

y las piezas <strong>de</strong>l monumento. [182]<br />

Pasmado se quedó el forastero al oír razones tan incoherentes y que tan mal<br />

respondían al asunto <strong>de</strong> que se trataba. Continuó hablando <strong>de</strong> la necesidad <strong>de</strong> huir, <strong>de</strong> la<br />

absoluta perdición <strong>de</strong> la causa apostólica, y cuando pidió a Pepet su parecer sobre tan<br />

importante opinión, respondiole el irritado voluntario:<br />

-De aquí a mi casa <strong>de</strong> la Cerdaña... cuatro jornadas y cuatro <strong>de</strong>scansos, uno en<br />

Regina Cœli, otro en Vilaplana, otro en Nargo, otro en Querforadat.<br />

Oyendo tan <strong>de</strong>sconcertadas razones, Servet pensó que aquel hombre había perdido el<br />

juicio.<br />

-Cree usted -dijo Tilín echándose las manos a la espalda y dando algunos pasos en<br />

contrario sentido- ¿cree usted, Sr. Servet, que el viento Sur me será favorable?<br />

-Si piensa usted ir en buque...<br />

-No es eso, digo que será favorable... ¡Oh! no, mejor será el viento Nor<strong>de</strong>ste.<br />

Y miró al cielo para ver la dirección que llevaban las nubes.<br />

-Norte fijo- afirmó Servet mirando también y riendo <strong>de</strong> los <strong>de</strong>spropósitos <strong>de</strong> su<br />

nuevo amigo-. Cataluña necesita un poco <strong>de</strong> fresco para limpiar su atmósfera <strong>de</strong> lo que<br />

le viene <strong>de</strong>l Sur. También tenemos al Rey D. Fernando en camino <strong>de</strong> esta tierra, y según<br />

todas las noticias [183] ya <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar cerca <strong>de</strong> Tarragona. Ese solícito y paternal<br />

monarca ha querido venir por sí mismo a aplacar la insurrección... ¿Sabe usted, señor<br />

Tilín, que más me huele a cáñamo que a pólvora?

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