13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pasé la noche en un estado <strong>de</strong> angustia horrible. Corrían rumores <strong>de</strong> que al día<br />

siguiente habría saqueo, prisiones, muertes y escandalosas escenas. Se <strong>de</strong>cía que los<br />

liberales más señalados eran perseguidos por las calles como perros rabiosos y<br />

apedreadas sus casas. Yo no podía vivir. Al amanecer <strong>de</strong>l otro día, que era el <strong>20</strong> <strong>de</strong><br />

Mayo, busqué a Salvador en diversos puntos, y tampoco le pu<strong>de</strong> encontrar. Antes <strong>de</strong><br />

volver a casa vi movimiento <strong>de</strong> tropas en la Puerta <strong>de</strong>l Sol y me dijeron que Bessières<br />

había aparecido con sus cuadrillas que yo llamaba <strong>de</strong> asesinos <strong>de</strong> la Fe, por <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />

Retiro, amenazando entrar en Madrid. La plebe <strong>de</strong> los barrios bajos se le había reunido,<br />

y como hambrientos perros, aullaban mirando a la Corte, con ansias <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorarla. Todo<br />

Madrid estaba aterrado, y yo más que nadie, no por el temor <strong>de</strong>l saqueo, sino por la<br />

sospecha <strong>de</strong> que la persona más cara a mi corazón hubiera sido víctima <strong>de</strong>l furor <strong>de</strong> la<br />

plebe.<br />

Esperé también todo aquel día. Campos entró a darnos noticias <strong>de</strong> lo que pasaba.<br />

Oíamos cañonazos lejanos, y a cada instante [<strong>16</strong>2] creíamos ver llegar y difundirse por<br />

las calles a la <strong>de</strong>senfrenada turba salvaje ebria <strong>de</strong> sangre y <strong>de</strong> pillaje. Pero Dios no quiso<br />

que en aquel día triunfaran los malvados. El general Zayas <strong>de</strong>strozó a los asesinos <strong>de</strong> la<br />

Fe, acuchillando a los chisperos y mujerzuelas que graznaban entre ellos. La plebe<br />

aterrada volvió a sus oscuras guaridas, y mucha gente mala huyó a los campos,<br />

aguardando a po<strong>de</strong>r entrar con los franceses. Des<strong>de</strong> que supimos el gran peligro a que<br />

habíamos estado expuestos los habitantes <strong>de</strong> Madrid, todos <strong>de</strong>seábamos que llegasen <strong>de</strong><br />

una vez los cien mil hijos <strong>de</strong> San Luis, para que estableciendo un Gobierno regular,<br />

contuvieran a la canalla azuzada por los realistas furibundos.<br />

Al fin salí <strong>de</strong> la angustia que me atormentaba. En la mañana <strong>de</strong>l día 21, el prófugo,<br />

por quien yo había <strong>de</strong>rramado tantas lágrimas, se presentó <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> mí en estado<br />

bastante lastimoso, <strong>de</strong>sencajado y lleno <strong>de</strong> contusiones, con los ojos encendidos, seca la<br />

boca, cubierta <strong>de</strong> sudor la hermosa frente, rotos y llenos <strong>de</strong> polvo los vestidos.<br />

Al punto comprendí que había sido maltratado por las feroces bestias populares. No<br />

le dije nada, y me apresuré a cuidarle, proporcionándole alimento y reposo. Él me<br />

miraba [<strong>16</strong>3] con extraviados ojos. Apretando los puños exclamó:<br />

-¿Has visto a la canalla?<br />

Necesitaba sosiego, y por todos los medios procuré tranquilizarle.<br />

-No pienses más en eso -le dije-, y regocíjate ahora en la paz <strong>de</strong> mi compañía y en<br />

esta dulce soledad en que estamos.<br />

-¡No puedo, no puedo! -exclamó con gran agitación.<br />

Y <strong>de</strong>spués repetía:<br />

-¿Has visto a la canalla? ¡Pero qué canalla es la canalla!<br />

Más tar<strong>de</strong> me contó que se había visto en gran peligro, porque al salir <strong>de</strong> un sitio en<br />

que estaban reunidas varias personas contrarias al <strong>de</strong>spotismo, fue acometido, pudiendo<br />

salvar a duras penas la vida gracias a su energía y al coraje con que se <strong>de</strong>fendió.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!