13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

su hermano, a quien no podía amar aunque lo intentase, ni con su mujer, a quien<br />

aborrecía <strong>de</strong> la manera extraña que se aborrece lo amado. Aquel carácter tétrico,<br />

compuesto <strong>de</strong> orgullo y tenacidad, endurecido más por el tedio, la <strong>de</strong>sconfianza y la<br />

lesión hepática, necesitaba manifestarse en una acción propia y libre. La disciplina había<br />

concluido para él. Sonaba en la historia la trompeta lúgubre <strong>de</strong> las guerrillas. El feroz<br />

soldado <strong>de</strong> partidas la oía resonar en su alma solitaria y [335] sombría, y marchaba sin<br />

saber adon<strong>de</strong> ni por don<strong>de</strong>. Sólo aquel eco podía <strong>de</strong>spertar en aquella alma el amor a la<br />

vida, evocar la fe, o infundirle [336] el ardor <strong>de</strong> un trabajo glorioso. Como estos<br />

soldados misántropos <strong>de</strong> corazón entenebrecido son más dignos <strong>de</strong> lástima que <strong>de</strong> odio,<br />

y como tienen, en medio <strong>de</strong> sus graves errores, cierta nobleza y lealtad que infun<strong>de</strong><br />

simpatías, saludamos con respeto al fugitivo guerrillero, diciéndole: «Dios vaya contigo,<br />

salvaje».<br />

Entre tanto, el interés que Salvador había puesto en favorecer a su <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido<br />

hermano le ocasionó algunos disgustos, porque enterados <strong>de</strong> él algunos <strong>de</strong> sus antiguos<br />

amigotes y no acertando a compren<strong>de</strong>r la verda<strong>de</strong>ra causa <strong>de</strong> tal protección a un furioso<br />

enemigo <strong>de</strong>l Sistema, <strong>de</strong>clararon a Monsalud inconsecuente y traidor. «Después que<br />

tiene dinero, <strong>de</strong>cían, se ha afiliado en las ban<strong>de</strong>ras <strong>de</strong>l absolutismo y <strong>de</strong> los frailuchos,<br />

para poner en seguridad sus fondos». Aviraneta, que no gustaba <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r amigos, y era<br />

en el fondo un escéptico glacial, no <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> tratarle por esto; pero Rufete, hombrecillo<br />

<strong>de</strong> gran vehemencia, que había hecho <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as políticas una superstición india, le<br />

manifestó en briosas frases que sería su irreconciliable enemigo, y que si él (Rufete),<br />

partidario <strong>de</strong> todas las liberta<strong>de</strong>s, tropezaba en un campo <strong>de</strong> batalla o en una barricada<br />

con quien se había hecho prosélito <strong>de</strong> todas las tiranías, no estaba <strong>de</strong>cidido a perdonarle.<br />

De estas baladronadas y <strong>de</strong> otros <strong>de</strong>sprecios y maja<strong>de</strong>rías que oyó, se reía el buen<br />

hombre, porque hallándose seguro <strong>de</strong> su rectitud, y <strong>de</strong>seando vivir lejos <strong>de</strong> los manejos<br />

políticos, no quería dar explicaciones ni menos complacer a la turba <strong>de</strong> falsos patriotas.<br />

El que siempre se le mostró leal y agra<strong>de</strong>cido amigo fue Seudoquis, ascendido a<br />

coronel en los días <strong>de</strong> la jura, por los servicios prestados en la persecución <strong>de</strong> la partida<br />

<strong>de</strong> Campos. Estrechó más aquella antigua amistad, originada en peligros y <strong>de</strong>sgracias<br />

comunes, la generosidad con que Monsalud salvó por entonces al flamante coronel <strong>de</strong><br />

sus ahogos pecuniarios, que le habían traído a un estado <strong>de</strong> horrible <strong>de</strong>sesperación.<br />

Seudoquis fue <strong>de</strong>stinado a servir en Vitoria. Los dos amigos se separaron <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

algunos meses <strong>de</strong> vida común y <strong>de</strong> pesares y alegrías; fraternalmente confiados. Gozoso<br />

Salvador <strong>de</strong> una amistad que en parte atenuaba la ari<strong>de</strong>z <strong>de</strong> su vida, abandonose al<br />

afecto que Seudoquis le inspiraba y le confió algunos secretos <strong>de</strong> los que más quería.<br />

D. Benigno Cor<strong>de</strong>ro hizo a nuestro amigo algunas visitas, en todo el tiempo que<br />

medió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Mayo hasta Setiembre. En la primera maravillose Salvador <strong>de</strong> oírle <strong>de</strong>cir<br />

que no se había casado todavía. En las sucesivas maravillose más por la propia causa, y<br />

aún dijo algo acerca <strong>de</strong> lo mucho que pensaba y maduraba el insigne, cien veces insigne<br />

héroe [337] <strong>de</strong> Boteros sus resoluciones. En estas visitas ocurría la particularidad<br />

inexplicable <strong>de</strong> que D. Benigno no hablaba <strong>de</strong> Sola ni <strong>de</strong> cosa alguna que con el<br />

cansado matrimonio tuviese relación. Hablaban <strong>de</strong> ocupaciones, <strong>de</strong> los negocios<br />

públicos, <strong>de</strong> las probabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una guerra sangrienta, <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong> Su<br />

Majestad, la cual iba en tal manera creciendo, que pronto aquel animado muerto sería<br />

todo cadáver, entre el espanto <strong>de</strong> la monarquía huérfana. En las conversaciones <strong>de</strong> D.<br />

Benigno notaba Salvador una particularidad extraña y que no acertaba a explicarse. Era<br />

que el buen encajero no hacía más que preguntas y más preguntas, cual si antes fuese

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!