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16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

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-Pero ese, ese otro... ¿interesa a usted tanto?...<br />

-Muchísimo.<br />

-¿Es pariente <strong>de</strong> usted?<br />

-No. Es compañero <strong>de</strong> la infancia. [279]<br />

-¿Es militar?<br />

-Paisano, señor Con<strong>de</strong> -dije con el tono <strong>de</strong> severa autoridad que sé emplear cuando<br />

me conviene-. Si se empeña usted en ser catecismo, buscaré otra persona más galante y<br />

más generosa que sepa prestar un servicio, economizando las preguntas.<br />

-Creo tener algún <strong>de</strong>recho a ello -repuso con gravedad.<br />

-No tiene usted ninguno -afirmé con <strong>de</strong>senfado-, porque este <strong>de</strong>recho yo sola podría<br />

darlo, y yo lo niego.<br />

-Entonces, señora -objetó, encubriendo su ira bajo formas urbanas-, he pa<strong>de</strong>cido una<br />

equivocación.<br />

-Si cree usted que le amo, sí. La equivocación no pue<strong>de</strong> ser más completa.<br />

Montguyon se levantó. Sus ojos, en los cuales se leía el furor mezclado con la<br />

dignidad, me dirigieron una mirada, que <strong>de</strong>bía ser la última. Yo corrí a él y tomándole la<br />

mano, le rogué que se sentase a mi lado.<br />

-Usted es un caballero -le dije-. Ningún otro ha merecido más que usted mi<br />

estimación, lo juro. Dios sabe que al <strong>de</strong>cir esto hablo con el corazón.<br />

-Dios lo sabrá -repuso Montguyon muy afligido-; mas para mí, y <strong>de</strong> aquí en a<strong>de</strong>lante,<br />

[280] las palabras <strong>de</strong> usted están escritas en el agua.<br />

-Consi<strong>de</strong>re usted las que le diga hoy como si estuvieran grabadas en bronce. La que<br />

confiesa hechos que no le favorecen, ¿no tiene <strong>de</strong>recho a ser creída?<br />

-A veces sí. Confiéseme usted que su conducta conmigo no ha sido leal.<br />

-Lo confieso -repliqué bajando los ojos y realmente avergonzada.<br />

-Confiese usted que yo no merecía servir <strong>de</strong> juguete a una mujer voluntariosa.<br />

-También es cierto y lo confieso.<br />

-Declare usted que ama a otro.<br />

-¡Oh!, sí, lo <strong>de</strong>claro con todo mi corazón, y si cien bocas tuviera con todas lo diría.

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