13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-Será cierto; pero yo necesito vengarme. El hombre bueno se volverá malo tal vez;<br />

pero ¿quién tiene la culpa?<br />

-No hables <strong>de</strong> malda<strong>de</strong>s. Es preciso que tú seas siempre bueno. Algunos guerreros<br />

han sido santos.<br />

-Yo no seré santo, señora, yo no seré santo, no quiero ser santo -afirmó Tilín con<br />

ruda franqueza-. Aunque quisiera serlo no podría.<br />

-¿Por qué? -preguntó la monja disponiéndose a dar a su protegido una lección <strong>de</strong><br />

teología. [111]<br />

-Porque cada uno nace para lo que nace. ¡Santo yo! -dijo Tilín dando un gran suspiro<br />

y sentándose con muestras <strong>de</strong> cansancio-. Mi corazón ar<strong>de</strong> como una hoguera que no se<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong> ningún modo apagar. Quise ser soldado y apenas empecé a serlo me ataron las<br />

manos. Es fuerza que este volcán estalle por alguna parte y no hay duda que estallará.<br />

Luego acercose a Sor Teodora y con acento terrible, le dijo sin alzar los ojos:<br />

-Señora, yo no lo puedo remediar; yo haré barbarida<strong>de</strong>s, haré estragos y quizás mi<br />

memoria sea maldita.<br />

-¿Por qué? ¡Pepet, estoy aterrada!... Explícame eso -dijo la religiosa poniéndose<br />

pálida y juntando las manos.<br />

-¿Por qué?... porque ambiciono mucho, y todo lo que ambiciono es imposible. Me<br />

faltan alas, me sobra espacio.<br />

-Pues no ambiciones tanto.<br />

-No puedo, no puedo.<br />

Su acento era el <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación.<br />

-¡Qué locura!<br />

-¡Todo es imposible! ¿Cree la señora que me satisface esa guerra mezquina, guerra<br />

<strong>de</strong> estúpidos y <strong>de</strong> salteadores?... No; yo no quiero mandar somatenes, sino ejércitos. Yo<br />

adoro el estruendo, las gran<strong>de</strong>s marchas, la fatiga, el [112] polvo <strong>de</strong> los campos, el calor<br />

horrible, las hambres, la gloria <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s jornadas, los inmensos peligros, la<br />

embriaguez <strong>de</strong> la matanza, las astucias, las sorpresas, las ban<strong>de</strong>ras alzadas sobre los<br />

montones <strong>de</strong> muertos...<br />

-¡Qué horror! -exclamó la monja cubriéndose el rostro con las manos.<br />

-Yo adoro todo eso... ¿Qué puedo esperar <strong>de</strong> esta guerra que no tiene más objeto que<br />

el robo, ni más móvil que la envidia? Bien lo <strong>de</strong>cía yo: mi época ha pasado. ¡Ay <strong>de</strong> mí!<br />

Me atrasé en el nacer; todo lo posible es ridículo, y todo lo gran<strong>de</strong>, señora, es tan<br />

imposible para mí como poner en el cielo mis manos <strong>de</strong> barro miserable.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!