13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

mil veces!... Bendita seas, angelito mío, angelito mío, consuelo <strong>de</strong> mi vejez y here<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> mi gloria... ¡Toda, toda ella será para ti!<br />

- VIII -<br />

Parece que es urgente <strong>de</strong>cir algo <strong>de</strong> la singular vida <strong>de</strong> esta solitaria joven, e inquirir<br />

su conducta para <strong>de</strong>ducir <strong>de</strong> su conducta sus proyectos. Sin duda aquel espíritu valeroso,<br />

contrariado por lo que hemos convenido en llamar suerte, no llevaba una existencia<br />

pasiva, entregándose a la arbitraria fluctuación <strong>de</strong> los acontecimientos, sino que vivía en<br />

actividad gran<strong>de</strong>, aunque escondida, trabajando en obra misteriosa o luchando con<br />

obstáculos tan [106] oscuros como sus esfuerzos. Para afirmar esto nos fundamos en<br />

conjeturas y en el conocimiento que <strong>de</strong> su carácter tenemos; mas nada positivo<br />

afirmamos aún.<br />

Nos consta, sí, que recibía cartas <strong>de</strong> cuyo contenido no enteraba a nadie; que a veces<br />

pasaba largas horas fuera <strong>de</strong> su casa; que escribía a altas horas <strong>de</strong> la noche algún pliego<br />

y lo rompía <strong>de</strong>spués para volverlo a escribir, repitiendo este trabajo cuatro o cinco<br />

veces, hasta quedar medianamente satisfecha; que su semblante expresaba con fi<strong>de</strong>lidad<br />

pasmosa cambios muy bruscos en su espíritu, presentándola ya sombríamente<br />

melancólica, ya festiva y dichosa; que no cesaba un punto en su actividad, y cuando los<br />

asuntos <strong>de</strong> la casa le daban reposo, discurría sobre mil temas concernientes a la faena<br />

<strong>de</strong>l día veni<strong>de</strong>ro.<br />

No le conocemos otras relaciones <strong>de</strong> amistad que las que tenía con la familia <strong>de</strong><br />

Cor<strong>de</strong>ro, la cual, a consecuencia <strong>de</strong> las calamida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la época, había ido a vivir en la<br />

misma casa, <strong>de</strong>scendiendo algunos grados en la escala social.<br />

Ya es conocido <strong>de</strong> nuestros lectores el gran D. Benigno Cor<strong>de</strong>ro (2) comerciante <strong>de</strong> la<br />

subida a Santa Cruz, hombre que se preciaba [107] <strong>de</strong> ocupar dignamente su lugar en<br />

todas las ocasiones, y que sabía ser bondadoso padre <strong>de</strong> familia, honrado ten<strong>de</strong>ro,<br />

puntual amigo y también héroe glorioso, según lo que exigían las circunstancias. Siendo<br />

tímido por naturaleza, mandole un día su <strong>de</strong>ber que fuese héroe y lo fue.<br />

Desgraciadamente no hay ninguna calle, ni monumento, ni lápida, ni escultura, que<br />

recuer<strong>de</strong>n a la posteridad su nombre, símbolo <strong>de</strong> la inocencia; pero los veteranos <strong>de</strong>l 7<br />

<strong>de</strong> Julio saben que hubo en Boteros un Leónidas <strong>de</strong> nariz picuda y roja como guindilla,<br />

<strong>de</strong> gafas <strong>de</strong> oro y cuerpo más propio para sobresalir <strong>de</strong> la tabla <strong>de</strong> un mostrador que para<br />

erguirse sobre el pe<strong>de</strong>stal <strong>de</strong> gloria a quien llaman campo <strong>de</strong> batalla.<br />

La espantosa reacción absolutista, como furibunda riada que todo lo arrastra, arrastró<br />

también al digno patricio, que en su tienda <strong>de</strong> encajes había adquirido la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los<br />

pueblos no se han hecho para los Reyes. Esta i<strong>de</strong>a se pagaba entonces con la cabeza,<br />

con la ruina o con el <strong>de</strong>stierro. Muchos perdieron la primera; infinito número buscó<br />

refugio en el suelo extranjero. No era en verdad <strong>de</strong> los más <strong>de</strong>lincuentes el buen D.<br />

Benigno, porque no había ejercido cargo público <strong>de</strong>l Estado durante los tres llamados<br />

años. Su crimen [108] había sido pertenecer a la Milicia y vestir su honroso uniforme<br />

sin tacha, con la circunstancia agravante <strong>de</strong> haber cargado charreteras como

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!