13.04.2013 Views

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

16 a 20 - Weblog de Francesc Martínez Mateo

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cal<strong>de</strong>rón. Secretario <strong>de</strong> ella [171] era el venenoso Calomar<strong>de</strong>, (11) al cual me dirigí<br />

solicitando un pase y licencia para el uso <strong>de</strong> coche-posta. Recibiome tan fríamente y con<br />

tanta soberbia e hinchazón, que no pu<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> recordar al Don Soplado <strong>de</strong>l poeta<br />

sainetero D. Ramón <strong>de</strong> la Cruz.<br />

Le <strong>de</strong>sprecié como merecía y recurrí a don Víctor Sáez, nombrado Ministro <strong>de</strong><br />

Estado; pero este me recordó a la rana, cuando quiso parecerse al buey. Tuvo el mal<br />

gusto <strong>de</strong> echarme en cara mi supuesta conversión al constitucionalismo y a la Carta<br />

francesa, diciendo mil neceda<strong>de</strong>s presuntuosas y aun amenazándome. Su fatuidad,<br />

semejante a la <strong>de</strong>l pavo cuando se sopla y arrastra las alas para meter ruido, me hizo reír<br />

en sus propias barbas. El único que se me mostró algo propicio fue Erro, hombre<br />

honrado y mo<strong>de</strong>sto. Pero nada positivo saqué <strong>de</strong> la flamante situación, que daba pruebas<br />

<strong>de</strong> su agu<strong>de</strong>za política volviendo las cosas al propio ser y estado que tenían en 7 <strong>de</strong><br />

Marzo <strong>de</strong> 1810, restableciendo los antiguos Consejos y la Sala <strong>de</strong> Alcal<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Casa y<br />

Corte. Era esto volver a los tontillos, al guarda-infante y al pelo empolvado.<br />

Por mi ventura llegó a Madrid el con<strong>de</strong> <strong>de</strong> [172] Montguyon. Le vi; hízome la<br />

centésima <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> amor y luego con semblante dolorido me dijo:<br />

-Soy muy <strong>de</strong>sgraciado, señora, en no po<strong>de</strong>r estar cerca <strong>de</strong> vos. Tengo que partir con<br />

el general Bour<strong>de</strong>soulle para esa poética región que llaman la Mancha, i<strong>de</strong>alizada por<br />

las aventuras <strong>de</strong>l gran caballero.<br />

Entonces le manifesté que si me proporcionaba los medios <strong>de</strong> hacer el viaje,<br />

poniendo yo por mi cuenta todos los gastos, le seguiría a aquel encantado país que hizo<br />

célebre el gran caballero. Al oír esto se volvió todo obsequios, y tres días <strong>de</strong>spués tenía<br />

yo a mi disposición una silla <strong>de</strong> postas con caballos <strong>de</strong>l cuartel general <strong>de</strong> Bour<strong>de</strong>soulle<br />

y un pase que me aseguraba el respeto <strong>de</strong> las turbas por todo el tránsito que iba a<br />

recorrer.<br />

Salí al fin <strong>de</strong> Madrid acompañada <strong>de</strong> mi doncella. Salí como el agua <strong>de</strong> una esclusa<br />

cuando se le abren las compuertas que la sujetan. Yo no veía bastante llanura por don<strong>de</strong><br />

correr; en ningún momento me parecía que andaba bastante mi coche; enfadábame el<br />

cansancio <strong>de</strong> las mulas, la pesa<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los mesoneros y la flema <strong>de</strong>l mayoral, que se<br />

ponía siempre <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> las caballerías en mi febril contienda con el tiempo y la<br />

distancia. [173]<br />

En los pueblos por don<strong>de</strong> rápidamente pasaba, vi escenas que me causaron tanta<br />

indignación como vergüenza. En Ocaña habían quitado las imágenes que adornaban el<br />

ángulo <strong>de</strong> algunas calles, poniendo en su lugar el retrato <strong>de</strong> Fernando, entre cirios y<br />

ramos <strong>de</strong> flores, y <strong>de</strong>bajo la piadosa inscripción: «¡Vivan las caenas!». En Tembleque<br />

presencié el acto solemne <strong>de</strong> arrojar al pilón don<strong>de</strong> bebían las mulas, a dos o tres<br />

liberales y otros tantos milicianos. En Madri<strong>de</strong>jos tuve miedo, porque una turba que<br />

invadía el camino cantando coplas tan disparatadas como obscenas quiso <strong>de</strong>tenerme,<br />

fundada en que el mayoral había tocado con su látigo el estandarte realista que llevaba<br />

un fraile. Necesité mostrar mucha serenidad y aun <strong>de</strong>rramar algún dinero para que no<br />

me causasen daño; pero no pu<strong>de</strong> seguir hasta que no llegaron a aquel ilustrado pueblo<br />

las avanzadas <strong>de</strong> la caballería francesa.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!