11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Clifford Stoll<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

<strong>El</strong> sábado, Martha me obligó a ir de excursión a Calistoga, donde los geiseres y fuentes<br />

termales atraen a las mariposas, a los geólogos y a los sibaritas. Para estos últimos hay<br />

baños de barro, que según se dice son el colmo de la decadencia en el norte de California.<br />

Por veinte dólares podemos embadurnarnos en un fango de ceniza volcánica, turba y agua<br />

mineral.<br />

—Así no pensarás en el trabajo —dijo Martha—. Te has tomado muy a pecho lo de ese<br />

hacker. Te sentará bien un descanso.<br />

Encenagarse en una bañera desmesuradamente grande no parecía la fórmula del<br />

rejuvenecimiento, pero estoy dispuesto a probarlo todo, aunque sólo sea una vez.<br />

Mientras me revolcaba en aquel pantano particular, acudió a mi mente la idea de Mitre. Mi<br />

hacker utilizaba las líneas telefónicas procedentes de Mitre para cruzar el país. Stanford<br />

había localizado a un hacker en McLean, que probablemente pasaba por Mitre. Puede que<br />

Mitre sirviera de punto de enlace para los hackers, una especie de central telefónica para<br />

efectuar sus llamadas. Eso significaría que los hackers no eran funcionarios de Mitre, sino<br />

personas ajenas a la empresa.<br />

¿Cómo era posible? Para ello Mitre tenía que cometer tres errores. En primer lugar debían<br />

permitir que cualquiera conectara libremente con su red local. A continuación tenían que<br />

permitir que un desconocido penetrara en su ordenador. Y por fin debían facilitar el uso<br />

incontrolado de líneas telefónicas de salida de larga distancia.<br />

Cumplían con la tercera condición: los modems conectados a su red interna permitían<br />

hacer llamadas a cualquier punto del país. Nosotros habíamos localizado la fuente de<br />

nuestros problemas en dichas líneas.<br />

Pero ¿cómo podía alguien conectar con Mitre? No era de suponer que bastara con marcar<br />

un número de teléfono para introducirse en su red. Bill Chandler había afirmado que el<br />

suyo era un establecimiento de alta seguridad, repleto de secretos militares y cosas por el<br />

estilo.<br />

¿Qué otra forma habría de introducirse en Mitre? ¿Tal vez a través de alguna red<br />

informática? ¿Sería posible que el hacker llegara por Tymnet? Si Mitre pagaba su<br />

suscripción a Tymnet y no utilizaba claves para proteger dicho servicio, se les podía llamar<br />

gratuitamente desde cualquier lugar. Una vez conectado, es posible que la red interna de<br />

Mitre le permitiera a uno dar media vuelta y llamar al exterior. De ese modo uno podría<br />

llamar a cualquier lugar por cuenta de Mitre.<br />

Sería fácil poner a prueba mi hipótesis: no tenía más que convertirme en hacker. Desde mi<br />

casa, intentaría conectar con Mitre, con el propósito de infiltrarme donde no debía.<br />

<strong>El</strong> barro olía a azufre y musgo de pantano, y su sensación era la de un cálido fango<br />

primigenio. Me gustó el baño de barro y la sauna que tomé a continuación, pero estaba<br />

impaciente por volver a casa. Tenía una pista. O por lo menos una corazonada.<br />

Página 120 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!