11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Clifford Stoll<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

A Laszlo Balogh poco le importaba. Según la revista Pittsburgh Post-Gazette, Laszlo se<br />

definía como refugiado húngaro, delineante, empleado de una corporación financiera,<br />

propietario de una empresa de transportes, tratante de diamantes, viajero internacional,<br />

guardaespaldas de princesas kuwaitianas, asesino a sueldo de la CÍA y confidente del FBI.<br />

<strong>El</strong> artículo decía que «a pesar de asegurar que tenía numerosos contactos con gobiernos<br />

extranjeros y de conducir lujosos coches de importación, en una ocasión declaró que había<br />

tenido dificultades en grabar una conversación secreta para el FBI, porque el grabador le<br />

resbalaba bajo el traje deportivo».<br />

Al parecer, Balogh dirigía una empresa ahora inexistente, desde que se utilizó un cheque<br />

falso de un banco inexistente para conseguir un contrato de transporte de basura. En otras<br />

ocasiones había formado parte de una operación encaminada a robar 38 000 dólares en<br />

diamantes y vender aparatos informáticos a los soviéticos. Incluso afirmaba que, en una<br />

ocasión, había estado bajo arresto en la embajada soviética.<br />

Mientras el dinero fuera verde, a Laszlo no le importaba su procedencia. No sabía nada de<br />

SDINET, no conocía a nadie en Hannover y declaró que ni siquiera tenía ordenador.<br />

Examiné la carta de Laszlo y comprobé que no había sido escrita en una máquina, sino en<br />

un ordenador. Si Laszlo Balogh no tenía ordenador, ¿quién había escrito la carta? ¿Tal vez<br />

la embajada búlgara?<br />

¿Tenía el FBI bastantes pruebas para procesar a Laszlo Balogh? No quisieron decírmelo.<br />

Pero a mi entender, Laszlo estaba metido en un buen lío; el FBI le vigilaba y quien tirara<br />

de sus cuerdas no estaba satisfecho.<br />

Sin embargo, la policía de Alemania occidental tenía un montón de pruebas contra Markus<br />

Hess. Copias impresas, seguimientos telefónicos y mi cuaderno. Cuando registraron su<br />

casa, el 29 de junio de 1987, incautaron un centenar de disquetes, un ordenador y<br />

documentos en los que se describía la red Milnet norteamericana. No había mucho lugar a<br />

dudas.<br />

Pero cuando la policía efectuó el registro, no había nadie en casa. A pesar de que yo<br />

esperaba pacientemente a que apareciera en mi ordenador, la policía alemana intervino<br />

cuando no estaba conectado.<br />

Después de su primer juicio, Hess presentó recurso de apelación. Su abogado argüía que,<br />

puesto que no estaba conectado cuando se efectuó el registro de su casa, cabía la<br />

posibilidad de que no se hubiera infiltrado en ningún ordenador. Esto, junto a un problema<br />

relacionado con la orden de registro, bastó para desbaratar el caso de robo informático<br />

contra Hess. Sin embargo, la policía federal alemana siguió investigando.<br />

<strong>El</strong> 2 de marzo de 1989 las autoridades alemanas acusaron a cinco personas de espionaje:<br />

Pengo, Hagbard, Peter Cari, Dirk Bresinski y Markus Hess.<br />

Página 303 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!