11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Clifford Stoll<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

comunes. Si adivinaba una clave válida, se copiaba a sí mismo en dicho ordenador y<br />

empezaba de nuevo.<br />

¡Diablos! Por cualquiera de dichos métodos podía impregnar un montón de ordenadores.<br />

En conjunto, el virus se convertía en un enemigo formidable.<br />

Como buen aprendiz de hechicero, el programa se reproducía a sí mismo de un ordenador a<br />

otro. Se borraba una copia y otra ocupaba inmediatamente su lugar. Se tapaba un agujero y<br />

el virus se introducía por otro.<br />

¿He dicho virus?<br />

—¿Sabes, Cliff? Un virus modifica otros programas cuando se activa. Esto no los cambia,<br />

se limita a reproducirse —explicó Darren—. No es realmente un virus, sino un gusano de<br />

la red.<br />

Un virus se copia a sí mismo en otros programas, modificando el propio programa. Un<br />

gusano se copia a sí mismo de ordenador en ordenador. Ambos son contagiosos y capaces<br />

de causar estragos.<br />

Los virus suelen infectar ordenadores personales a partir de disquetes y programas<br />

copiados. Los gusanos atacan las redes distribuyéndose por las mismas conexiones<br />

utilizadas para la correspondencia y comunicaciones electrónicas.<br />

Pero a las cinco de la madrugada, lo único que sabía era que mis ordenadores estaban<br />

abrumados a causa de dicho programa autorreproductor. Un cuco que ponía sus huevos en<br />

nidos ajenos.<br />

Gusano o virus, su autor lo había llenado deliberadamente de barreras para impedir que los<br />

demás lo comprendieran. <strong>El</strong> código estaba en clave para ocultar sus tablas internas y<br />

destruía las huellas de su procedencia. Simulaba mandar un mensaje a un ordenador de<br />

Berkeley, cuando en realidad no lo hacía, intentando así distraer la atención de la auténtica<br />

fuente del programa.<br />

A las seis de la madrugada del jueves, reflexionaba sobre los efectos de dicho gusano: se<br />

fraguaba un verdadero desastre y era necesario comunicárselo a alguien. ¿A quién?<br />

Ya había hablado con el centro de operaciones de la red Arpanet. No podían hacer gran<br />

cosa: aunque cerraran completamente la red, el gusano no dejaría de reproducirse,<br />

circulando por las redes locales. Mejor llamar al centro nacional de seguridad informática.<br />

¿A quién conocía? A Bob Morris, el jefe científico.<br />

Sabía que Bob Morris estaba junto a su ordenador, a las seis y media de la madrugada del<br />

jueves. Podía verle conectado al ordenador Dockmaster de la NSA. Después de mandarle<br />

un mensaje electrónico, le llamé por teléfono.<br />

—Hola, Bob. Tenemos problemas. Se está extendiendo un virus por Arpanet, que infecta<br />

los ordenadores Unix.<br />

Página 316 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!