11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

-¿Sí?<br />

Clifford Stoll<br />

No sabía por dónde empezar. ¿Cómo se presenta uno a un espía?<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

—Usted no me conoce, pero soy director informático y hemos estado siguiéndole la pista a<br />

un hacker.<br />

—Comprendo.<br />

—<strong>El</strong> caso es que ha estado buscando la forma de introducirse en los ordenadores de la<br />

CÍA, pero en su lugar ha encontrado su nombre y número de teléfono. No sé lo que eso<br />

significa, pero alguien le está buscando. O puede que lo que busquen sea la CÍA y su<br />

nombre haya aparecido accidentalmente —dije con la voz entrecortada, aterrorizado de mi<br />

interlocutor.<br />

—¿Quién es usted?<br />

Se lo dije muy asustado, temiendo que mandara a un grupo de individuos de gabardina<br />

para ajustarme las cuentas. Le describí el laboratorio, asegurándome de que comprendiera<br />

que la República Democrática de Berkeley no tenía oficialmente relaciones diplomáticas<br />

con su organización.<br />

—¿Puedo mandar a alguien mañana? No, espere, mañana es sábado. ¿Qué le parece el<br />

lunes por la tarde?<br />

¡Maldita sea, los verdugos entraban en acción! Intenté retractarme.<br />

—Es probable que no merezca la pena. Ese individuo no ha descubierto nada, aparte de<br />

cuatro nombres. No se preocupe, no creo que logre entrar en su ordenador.<br />

—Conozco la razón por la que mi nombre figura en la lista —respondió el señor Manning,<br />

que no estaba convencido—. <strong>El</strong> año pasado trabajé en unos ordenadores del laboratorio de<br />

investigación balística. Pero el caso nos interesa profesionalmente hablando y le<br />

agradecería nos brindara la oportunidad de averiguar un poco más sobre el tema. Cabe la<br />

posibilidad de que el problema sea grave.<br />

¿Con quién estaba hablando? ¿No eran ésos los individuos que se entrometían en la<br />

política centroamericana y suministraban armas de contrabando a los asesinos derechistas?<br />

Sin embargo, el individuo con el que acababa de hablar no parecía un delincuente. Se<br />

expresaba como una persona normal, preocupada por un problema.<br />

¿Y por qué no lanzarlos en persecución de alguien tan entrometido y destructivo, como<br />

siempre había creído que lo eran ellos? Perseguir a un auténtico delincuente brindaría a la<br />

CÍA la oportunidad de hacer algo inofensivo, quizá incluso provechoso; evitaría que se<br />

metieran en líos mayores.<br />

De nada servía discutir. Debían saberlo y no se me ocurría ninguna buena razón para<br />

ocultárselo. Además, no perjudicaría a nadie por el hecho de hablar con la CÍA; no era<br />

como mandar armas a algún dictador militar. Después de todo, ¿no era ése su deber<br />

Página 71 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!