11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Clifford Stoll<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

Hoy sólo existe un país que no está conectado por teléfono al resto del mundo: Albania.<br />

¿Qué significa esto para el futuro del espionaje?<br />

¡Diablos! ¿En qué estoy pensando? No soy un espía, soy sólo un astrónomo, alejado desde<br />

hace demasiado tiempo de la ciencia.<br />

Cuando apagué los monitores y retiré los cables, me di cuenta de que, durante un año,<br />

había estado atrapado en un laberinto. Creí que tendía trampas, cuando en realidad yo fui<br />

siempre el atrapado. Mientras el hacker investigaba los ordenadores militares, yo exploraba<br />

distintas comunidades, en las redes y en el gobierno. Este viaje condujo al hacker a treinta<br />

o cuarenta ordenadores, y a mí, a una docena de organizaciones.<br />

Mi propósito había cambiado. Creí que perseguía a un hacker. Imaginaba que mi trabajo no<br />

tenía nada que ver con mi casa o mi país...; después de lodo, me limitaba a cumplir con mi<br />

obligación profesional.<br />

Ahora, con los ordenadores seguros y las brechas reparadas, me fui a mi casa en bicicleta,<br />

cogí unas fresas y preparé unos batidos de leche para Martha y para Claudia.<br />

Los cucos pondrán sus huevos en otros nidos. Yo regreso a la astronomía.<br />

EPILOGO.<br />

Al tiempo que intentaba desesperadamente atar los últimos cabos sobre la persecución del<br />

hacker, progresaba también el plan de nuestra boda. Fue una época muy ajetreada, durante<br />

la que maldecía mi trabajo (y a Hess) por el trastorno que suponía en mi vida doméstica.<br />

Nuestra boda estaba prevista para fin de mayo, por lo que las revelaciones de abril fueron<br />

particularmente perturbadoras, obligando a Martha a ocuparse de gran parte de los<br />

preparativos.<br />

Sin embargo estaba firmemente decidida a que la boda fuera fiel a nuestra forma de ser.<br />

Imprimimos serigráficamente nuestras propias invitaciones, en nuestro nombre y en el de<br />

nuestras respectivas familias. Como era de suponer, se nos corrió un poco la tinta y en la<br />

mitad de las invitaciones aparecían nuestras huellas dactilares, pero así son las cosas<br />

hechas en casa.<br />

¿Martha ataviada con un vestido blanco y un velo, y yo de esmoquin? Absurdo. ¿Y Laurie<br />

vestida de dama de honor? Nadie había logrado, en modo alguno, que Laurie se pusiera<br />

jamás un vestido. De algún modo nos las arreglamos. Laurie vistió pantalón blanco de<br />

algodón y una chaqueta sastre, Martha se confeccionó un sencillo vestido amarillo claro y<br />

yo cosí mi propia camisa de algodón. (Intentad confeccionar alguna vez una camisa.<br />

Aprenderéis a respetar a los sastres, especialmente después de coser los puños al revés.)<br />

Llovió el día de la boda y no había dónde refugiarse en el jardín de las rosas. <strong>El</strong> cuarteto de<br />

cuerda de Claudia desplegó un hule para proteger los violines del chaparrón. Mi hermana<br />

Jeannie se presentó, después de su última clase en la academia de guerra de la armada y<br />

Página 306 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!