11.05.2013 Views

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

El Huevo Del Cuco

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Clifford Stoll<br />

<strong>El</strong> <strong>Huevo</strong> <strong>Del</strong> <strong>Cuco</strong><br />

Resultó que la Universidad de Bremen imprimía también el tráfico del hacker. Ahora<br />

éramos dos los que le vigilábamos. Podía correr, pero no esconderse.<br />

Durante los dos últimos meses se había limitado a mordisquear las fichas de SDINET.<br />

Había visto los títulos y se había dado cuenta de que todos los días aparecían nuevas cartas<br />

y circulares, pero no las leía inmediatamente. Comencé a dudar de que todavía le interesara<br />

nuestra literatura creativa.<br />

<strong>El</strong> miércoles, 20 de mayo, se disiparon mis dudas. Conectó a las cinco de la madrugada y<br />

copió todas las fichas SDINET. Había una carta en la que se le solicitaban más fondos al<br />

Pentágono; otra en la que se hablaba de un «radar sobre el horizonte», frase que había<br />

descubierto en una revista electrónica, y todavía otra en la que se describían las pruebas<br />

realizadas con un nuevo superordenador, con sus correspondientes procesadores paralelos.<br />

Procuré disimular mi ignorancia sobre dichos temas, llenando las cartas de jerga técnica.<br />

No cabe duda de que se lo tragó. Una tras otra. Para obligarle a que solicitara cada artículo<br />

por su nombre, en lugar de limitarse a ordenar «imprímanse todas las fichas», introduje<br />

algunos tropiezos, fichas demasiado extensas para mecanografiar y unas cuantas fichas<br />

breves, difícilmente comprensibles: guacamole informático. Ante la imposibilidad de<br />

copiar estas últimas fichas, se vio obligado a comprobar cada ficha de antemano, de modo<br />

que su operación era más lenta y le obligaba a permanecer más tiempo en el sistema y<br />

facilitaba su localización.<br />

¿Nueve meses? Hacía casi un año que vigilaba a aquel gamberro. Y, a juzgar por las<br />

cuentas telefónicas de Mitre, hacía más de un año que merodeaba por nuestros sistemas.<br />

¡Vaya persistencia la suya!<br />

Volví a preguntarme por su motivación. Qué duda cabe de que cualquiera puede divertirse<br />

un par de noches. Puede que incluso un par de semanas. Pero ¿un año? ¿Noche tras noche,<br />

probando pacientemente las manecillas de los ordenadores? En mi caso, tendrían que<br />

pagarme.<br />

¿Pagar? ¿Pagaría alguien al hacker?<br />

En sus próximas apariciones, había agregado poca cosa a su campo de forraje. Mi<br />

imaginaria secretaria, Barbara Sherwin, había escrito una nota en su procesador,<br />

solicitando una semana de vacaciones. <strong>El</strong> hacker la había leído y, por consiguiente,<br />

comprendido la razón de la escasa información.<br />

Dadas las circunstancias, en lugar de examinar las fichas del LBL, penetró en Milnet y, una<br />

vez más, se dedicó a probar pacientemente distintas claves. En uno de mis informes<br />

ficticios de SDINET se hablaba de un proyecto especial en la base de misiles de White<br />

Sands y, previsiblemente, pasó quince minutos intentando forzar su puerta. Los<br />

ordenadores de White Sands detectaron una docena de intentos de infiltración, pero<br />

ninguno tuvo éxito.<br />

Página 275 de 331

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!