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Jay-Martin-La-Imaginacion-Dialectic-A-Una-Historia

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ción, escogió atacarlo báicamente por las implicaciones<br />

absolutistas, antes que por las relativistas, de su<br />

sociología del conocimiento. Especialmente desafortunado<br />

en este sentido, afirmó; era el «relacionismO>> de<br />

Mannheim, que intentaba salvar la verdad objetiva argumentando<br />

que todas las verdades parciales eran perspectivas<br />

sobre la totalidad. Al suponer que existía una<br />

verdad total semejante en la síntesis de los distintos<br />

puntos de vista, Mannheim estaba siguiendo un concepto<br />

de conocimiento gestaltiano simplificado ". Subyaciendo<br />

a todo esto, estaba la convicción armonizadora,<br />

casi hegeliana, de que era posible reconciliar todas las<br />

perspectivas, una creencia cuyas implicaciones para el<br />

cambio social resultaban quietistas. A diferencia de Marx,<br />

quien había buscado la transformación social antes que<br />

la verdad, Mannheim había subrepticiamente retornado<br />

a una búsqueda metafísica del conocimiento puro '".<br />

Más aún, denunciaba Horkheimer, el concepto del<br />

«Ser» que determinaba la conciencia en Mannheim era<br />

altamente no dialéctico. Para Horkheimer, había siempre<br />

retroalimentación y mediación entre base y superestructura<br />

'". · Mannheim, en contraste, había retornado<br />

a una especie de dualismo de sujeto y objeto que los<br />

hispostasiaba a ambos. No había una realidad «Objetiva»<br />

reflejada parcialmente por la conciencia individual.<br />

Afirmar que la había era ignorar la parte jugada por la<br />

praxis en la creación del mundo.<br />

']'raxis y razón eran en efecto los dos polos de la<br />

Teoría Crítica, como lo habían sido para los hegelianos<br />

de izquierda de un siglo antes. <strong>La</strong> interacción y tensión<br />

entre ellos contribuía enormemente a la sugestividad<br />

dialéctica de la teoría, aunque la primacía de la razón<br />

" I dem, p. 50.<br />

100 I dem, p. 56. .<br />

tot I dem, p. 55. Marcuse formula la misma observación en<br />

su artículo sobre Mannheim ( «Zur Wahrheitsproblematik der soziologischen<br />

Methode», Die Gesellschaft VI [octubre de 1929], páginas<br />

361-362). Marcuse se mostró allo más benévolo que Horkheimer<br />

hacia Mannheim, arguyend que la reducción de Mannheirn<br />

del marxismo a la conciencia de una clase específica<br />

apuntaba a una conexión válida entre teoría y praxis. No obstante,<br />

criticó a Mannheim por pasar por alto «el momento intencional<br />

de todos los acontecimientos» (p. 362) y por su relacionismo,<br />

con sus implicaciones quietistas. Adorno, cuando escribió<br />

sobre la sociología del conocimiento, fue más duro todavía;<br />

véase «<strong>La</strong> Conciencia de la Sociología del Saber», en Prismas.<br />

\V\V\V.esnips.com/web/Linotipo 118

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