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Jay-Martin-La-Imaginacion-Dialectic-A-Una-Historia

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durante tres años después de 1934. Gerhard Meyer, el<br />

economista, estuvo allí desde 1933 hasta 1935; Hans Meyer,<br />

el crítico literario marxista, durante varios años<br />

después de 1934. Adorno, aunque a mediados de la década<br />

de 1930 transcurriera la mayor parte de su tiempo<br />

en Inglaterra, pasó a menudo sus vacaciones en París,<br />

donde podía ver a un viejo amigo a quien había introducido<br />

en el Institut, Walter Benjamín. Este, como se<br />

verá, había escogido París como asiento de su exilio y<br />

como metáfora orientadora de su obra. En los seis años<br />

que pasó allí, desarrolló una inclinación a la ciudad que<br />

al final demostró ser fatal.<br />

Además de sus continuados vínculos institucionales<br />

y personales con Europa, el Institut rehusó cambiar su<br />

noción original de la audiencia para la cual estaba escribiendo.<br />

Como se mencionó en el primer capítulo, el alemán<br />

continuó siendo el lenguaje principal de la Zeitschrift<br />

hasta la guerra. Todavía en 1940, Horkheimer podía<br />

increpar a otros refugiados por su rápida americanización:<br />

«Que los intelectuales alemanes no necesitan<br />

demasido tiempo para cambiar a una lengua extranjera<br />

tan pronto como la suya empieza a aislarlos de una audiencia<br />

importante, se debe al hecho de que el lenguaje<br />

les sirve ya más en la lucha por la existencia que como<br />

una expresión de la verdad» '. A causa de la independencia<br />

financiera del Institut, Horkheimer y sus colegas<br />

podían mantenerse por encima de la «lucha por la existencia»<br />

impuesta a muchos de los demás emigrados. Pero<br />

el deseo de Horkheimer de conservar el carácter definidamente<br />

alemán del Institut arraigaba también en una<br />

seria evaluación de la necesidad de mantener un vínculo<br />

con el pasado humanista de Alemania, vínculo que podría<br />

contribuir a la futura reconstrucción de una cultura alemana<br />

postnazi. Con este fin, los miembros del Institut<br />

permanecieron inflexibles ante las demandas de sus nuevos<br />

colegas de Columbia para integrar su obra en la<br />

corriente central de las ciencias sociales americanas.<br />

Ocasionalmente, por supuesto, las páginas de la Zeitschrift<br />

se abrieron a estudiosos americanos distinguidos,<br />

incluidos Margaret Mead, Charles Beard y Harold <strong>La</strong>s-<br />

1 MAX HORKHEIMER, «AutoriHirer Staat», en Walter Benjamin<br />

zuro Gedachtnis» (inédito, 1942; colección de Friedrich Pollock<br />

en Montagnola, Suiza), p. 152.<br />

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