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Jay-Martin-La-Imaginacion-Dialectic-A-Una-Historia

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turales», un engaño característico de gran parte del pensamiento<br />

autoritario, como hemos visto en la obra de<br />

Lowenthal y Marcuse. Esta era una característica de la<br />

ideología de Wagner que Adorno vinculaba con dos elementos<br />

míticos en sus dramas musicales, elementos que<br />

trataban de interpretar el inconsciente a la vez que disolvían<br />

la realidad en su interior. Adorno discutía también<br />

el Anillo en términos de la traición al revolucionario<br />

por parte del «rebelde•, empleando una vez más<br />

conceptos desarrollados por Fromm en su ensayo teórico<br />

para los Studien iiber Autoritiit und Familie. En el último<br />

fragmento que apareció en la Zeitschrift, Adorno<br />

analizaba el pesimismo y el nihilismo que Wagner había<br />

adoptado de Schopenhauer. Aquí admitía que la visión<br />

de Wagner contenía una cierta dosis de protesta utópica,<br />

en la forma en que su enfoque dialéctico siempre, o casi<br />

siempre, percibía una veta mitigada de negación incluso<br />

en los productos culturales más afirmativos.<br />

Aunque inédito, el manuscrito sobre Wagner circuló<br />

entre los amigos de Adorno en la comunidad de exiliados<br />

en el área de Los Angeles. Aunque el centro de asenta·<br />

miento para la mayoría de los refugiados fuera claramente<br />

Nueva York, un cierto número de exiliados había<br />

emigrado a California, algunos de ellos atraídos por.<br />

Hollywood y las posibilidades de trabajo que ofrecía la<br />

industria cinematográfica. Entre los más famosos se hallaban<br />

Heinrich Mann, Alfred Polgar, Bertold Brecht,<br />

Alfred Di:iblin y William Dieterle. Después de su llegada<br />

en 1941, Horkheimer y Adorno fueron rápidamente aceptados<br />

en la comunidad de exiliados 1''. Uno de los más<br />

ilustres ey¡tre ellos era Thomas Mann, sobre el cual<br />

Horkheimer había escrito en un tono no enteramente<br />

favorable años antes. <strong>La</strong> celebrada ironía de Mann, había<br />

afirmado Horkheimer en 1938 1'\ tenía implicaciones<br />

pasivas, y su apoyo a Weimar estaba mal fundado.<br />

Sin embargo, reconocía que el repudio de Mann frente<br />

a los nazis lo había situado en una dirección más progresista<br />

y le predecía un futuro cada vez más radical.<br />

En la época de su llegada a California los desacuer-<br />

too En una carta a Lowenthal, en junio de 1941, Horkheimer<br />

hablaba con entusiasmo de su nueva amistad con los viejos<br />

grandes de las letras alemanas.<br />

101 HORKl;JEIMER, «Die Philosophie der absoluten Konzentration»,<br />

ZfS VII, 3 (1938).<br />

\V\V\V.esnips.com/web/Linotipo 317

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