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Tiempos_para_pensar_TOMO1
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carlos antonio rengel<br />
comprometido con los sectores más excluidos y marginados del país. Esta<br />
“nueva relación política” tuvo su expresión concreta en la Constitución<br />
de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 (CRBV-1999), en la<br />
cual participaron de manera inédita diversos sectores sociales como movimientos<br />
indígenas, feministas, obreros, estudiantes, campesinos, personas<br />
con discapacidades, comunidades organizadas, entre otros 5 .<br />
Dicha constitución venezolana fijó las bases para la aplicación formidable<br />
de la democracia, a través de diferentes mecanismos: el tradicional<br />
representativo, por un lado y, por el otro, el de la democracia directa,<br />
participativa y protagónica 6 . Se incluyeron los novedosos catálogos de<br />
derechos humanos, la perspectiva de igualdad de género, la defensa y<br />
protección de las empresas básicas del Estado contra cualquier intento<br />
de privatización, el establecimiento de varias formas de propiedad; a la<br />
clásica distribución de poderes de la modernidad sobre los Estados se incorporaron<br />
dos poderes: el electoral y el poder ciudadano. Estos nuevos<br />
valores políticos, entre otros, permitieron establecer el marco formal<br />
para motorizar nuevas inclusiones sociales de sectores que otrora habían<br />
sido invisibilizados.<br />
Temporalidad posconstituyente<br />
La nueva CRBV-1999, de igual manera, se encuentra en plena batalla<br />
política y social por lograr las transformaciones que expresa en sus<br />
nuevos valores, y ahuyentar al máximo los poderes fácticos que arremeten<br />
contra ella, lo que ha hecho que, en el caso venezolano, se viva la tensión<br />
extrema entre el poder constituido y los procesos constituyentes 7 , con<br />
5 Este proceso, por supuesto, no estuvo exento de tensiones y oposiciones. La batalla social por la nueva<br />
Carta Magna ya contaba con sus enemigos el mismo día en que fue firmado el decreto para la convocatoria<br />
de la Asamblea Nacional Constituyente. Al poco tiempo, las oligarquías venezolanas y los cogollos de<br />
los viejos partidos políticos (que gozaban de poca credibilidad) impugnaron, ante la Corte Suprema<br />
de Justicia, el llamado a referéndum. Sin embargo, la acción fue desechada y el país se enrumbó al proceso<br />
constituyente, contando con la más amplia participación democrática de diversos sectores sociales y<br />
movimientos para la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente.<br />
6 Al respecto, el artículo 5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 establece:<br />
“La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en<br />
esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder<br />
Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.<br />
7 El mismo líder del proceso revolucionario bolivariano venezolano, el presidente Chávez (2007), inspirado<br />
en Tony Negri (1994) ha expresado en uno de sus discursos: “El poder constituyente, Tony Negri,<br />
filósofo, italiano, revolucionario y pensador sobre lo que es el poder constituyente, su naturaleza, sus contradicciones,<br />
su potencia, su potencia. El poder constituyente es una gran potencia, no le tengamos miedo,<br />
no le tengamos miedo, sólo decía Montesquieu: ‘Hay que navegar sobre la ola de los acontecimientos.’<br />
Así como cuando a uno se lo lleva una ola, navega con ella, no le tengas miedo, es el poder constituyente<br />
originario, no tratemos de encerrarlo en leyes rígidas, en constituciones rígidas; no tratemos de congelarlo,<br />
poniéndolo a depender del poder constituido, no, el poder constituyente debe ser el rey de la República,<br />
para tomar una frase de Bolívar: ‘La reina de las virtudes republicanas.’ El poder constituyente originario,<br />
sólo ese poder puede continuar impulsando la Revolución Bolivariana, no nosotros en lo individual, ni<br />
nosotros desde estos espacios. Nosotros debemos ayudar oyendo el clamor del poder constituyente,<br />
pulseando con él, abrazándonos con él, alimentándonos con él, vibrando con él, ayudar con nuestras<br />
potestades que él nos dio, a seguir abriendo puertas y derribando barreras que le impiden la realización<br />
del sueño supremo de una Patria libre, independiente, grande y próspera” (pp.25-26).<br />
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