UNIVERSITÉ PARIS-SORBONNE Le paradoxe chez ... - e-Sorbonne

el sol.
Ahora tu sed, la sombra de las prolongaciones
ya no existen sin ti,
como tú, que no eres
sin la esterilidad de tu ficción.
Ce poème revient sur le mythe de Narcisse d’abord à travers la vision des œuvres
artistiques le représentant – ici une statue – puis en confrontant sa nature réelle et son
existence fictive dans un paradoxe qui s’établit dans toute la dernière strophe. Si les
représentations artistiques, c’est-à-dire des fictions, existent, c’est parce que Narcisse a dû
exister selon l’affirmation de la voix poématique (Lo real eras tú). Mais dans le même temps,
Narcisse n’existe en tant que tel que par la présence des œuvres d’art : le réel n’existe donc
que par l’entremise de la fiction. Nous le voyons, la position de fermeture de ce paradoxe
entremêlant réel et fiction ne rajoute pas d’effet signifiant, d’autant plus que le poème est
court, et que le paradoxe est proportionnellement long.
En revanche, dans Deshaciendo con sus manos la luz del alba 457 le paradoxe final
remplit une fonction conclusive :
457 LA, p. 42.
Le gusta amanecer en noche oscura,
sin otra sabiduría que unos ojos
que a duras penas si consiguen ver.
Habla por decir algo, con la cortina echada,
de algún amor antiguo y a la orilla de un río,
luego, sin nada que contar, maldice
el antiguo fervor, las orillas, los ríos,
cuanto dé testimonio
de un orden y un desorden que le son ajenos.
Vuelve a empezar de nuevo. Se distrae.
Puede escribir así de un olor que se borra,
unir algo de sol, broza seca, un paisaje
y agregar algún pino y una sombra, curvada
sobre un bastón, que avance junto a un muro
a pasos cortos, con dificultad.
Elimina los bojes porque el sonido es áspero
y porque va asociado con jardín
y ya no quiere más jardines ni
escarbar en escombros y otros días
como el que habrá, sin duda, fuera de su habitación,
tras la cortina echada. Abre la boca,
como al descuido y por sorpresa.
Vuelve a cerrarla de improviso.
Ah, el goce de impedir que la voz le traicione,
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