Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

gramática, vocabulario español-venga…), industria (Botes, pipas, cuerda
de plátano…), usos y costumbres (saludos, caza del elefante, armas
envenenadas…) y, finalmente, trajes y peinados (modas, adornos,
tatuaje…), pero las referencias a las piezas de arte primitivo son,
lamentablemente, nulas. Iradier sí que se refiere en varias ocasiones a los
“feticheros” (los brujos de la tribu) y explica cómo elaboran sus mezclas
para la obtención de “fetiches” (fórmulas magistrales, mezcla de plantas
para el trance o expulsión de espíritus del paciente), 208 pero obvia en sus
descripciones los fetiches-objeto utilizados por el sacerdote de la tribu, es
decir, lo que él describe como la “composición cualquiera hecha por la
mano del hombre”, que bien podrían haber sido esculturas realizadas en
madera para ser utilizadas como fetiches y, sin duda, piezas originales de
arte primitivo que las tribus guineanas deberían tener:
[…]-Eso es un fetiche -me dijo- y la palmera es sagrada, el que la
toque queda muerto en el acto. Los pueblos salvajes, rodeados de peligros
que no saben combatir de modo racional, han buscado siempre, entre los
objetos que la naturaleza les presenta, propiedades verdaderamente
milagrosas que pudieran salvarlos de la muerte, cuando ésta amenazara su
existencia. Las piedras, los árboles, las plantas en general, una
composición cualquiera hecha por la mano del hombre, y en, una
palabra, cualquier objeto natural o artificial puede poseer la propiedad de
ser amuleto o fetiche, que es compañero inseparable, protector continuo
del hombre que lo lleva (…) El fetiche puede ser cualquier objeto.
Generalmente, los negros de este país usan pitones de antílope y saquitos
de cuero, verdaderos depósitos de raras fruslerías: otros encuentran entre
las conchas de los moluscos propiedades milagrosas y no falta quien se ate
cuerdas a los miembros, para liberarse de todos los peligros”. 209
Parece que Iradier no recogió pruebas etnográficas materiales para
acompañar los textos de sus crónicas sobre los territorios guineanos; en
cambio, el médico, cirujano e incipiente homeópata Amado Ossorio
208 “La vida del fetichero es una exploración constante del estado de los hombres,
y una lucha continúa con los vegetales para estudiar en ellos y extraer los jugos
de propiedades milagrosas.Si en la mezcla de la savia de dos plantas hay cambio
de color, movimiento molecular apreciable a la vista, aumento de temperatura,
fermentación, etc., allí hay fetiche. Aquel líquido hay que ensayarlo en el primer
paciente, suceda lo que suceda. Si produce la muerte el fetichero cuenta con un
veneno más para quitar del medio a los que molestan. En este caso, el enfermo no
ha podido resistir a la acción del terrible hechizo que tenía en su cuerpo; pero si
sana, se debe a las propiedades milagrosas del nuevo medicamento” IRADIER,
Manuel, África. Viajes y trabajos de la Asociación Eúskara LA EXPLORADORA,
Madrid: Miraguano y Polifemo, 1994, pp. 516-518. [el destacado es nuestro]
209 Ibíd., pp. 123-124. [el destacado de la cita es nuestro]
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