Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

La Exposición de 1878, según el corresponsal de la Ilustración Española y
Americana, tuvo por objeto
[…]dar á conocer en los mercados de Europa los productos
coloniales y los innumerables artículos de comercio que se pueden aplicar
á la exportación, y establecer luego su examen comparativo entre todos, ya
procedan de las Antillas, la India y Australia, ya de la costa occidental de
África y otros países.” 311
La crónica publicada en la citada revista destaca que la sección de España
se distingue en la Exposición de Ámsterdam
[…] sobre todas por la gran variedad de los productos de sus
riquísimas provincias de Ultramar, y por su carácter puramente colonial”.
El autor prosigue aclarando que los objetos exhibidos no son “de lujo”, por
lo que no podían ser apreciados por el “público superficial”, pero en
cambio sí que sería de provecho para “los que desean (…) enriquecer sus
conocimientos etnológicos y de naturaleza”. 312
Es de suponer que esta adquisición de “conocimientos etnológicos” hubo
de hacerse entonces a través de alguna colección científica de ejemplares
enviados para la ocasión. Sin embargo, no debieron de ser relevantes ya
que, de un total de 416 diplomas de honor que se entregaron en Viena,
España sólo consiguió 8
“dos distinguían a los trabajos agrícolas, uno se fue para Cuba por
la colección presentada de tabacos, y otro se lo llevó el Instituto Catalán de
San Isidro debido a la colección de cereales y frutos de sus terrenos. Otros
tres premiaron a la industria española ”313
y otros 3 entre el Cuerpo de Ingenieros de Montes y el Cuerpo de
Caminos y Puertos.
No deja de ser relevante el hecho de que, para la representación colonial
española en el pabellón, se utilice como estilo arquitectónico el islámico,
identificado la mayoría de las veces con Oriente y no tanto con Occidente.
Lo más factible es que la proyección española que se buscaba para la cita
internacional organizada en 1883 fuera la de dar una imagen exótica para
crear así el interés del público. Podría también seguir la moda de las
exposiciones francesas que incorporan lo exótico desde buen principio, tal
311
El corresponsal, “Exposición colonial de Ámsterdam para 1883”, Madrid, La
ilustración española y Americana, XLVI, 1882, p. 347.
312
“España en la Exposición”, Madrid, La ilustración española y Americana,
XXX, 1883, p. 92.
313
“[…] uno, a la Fábrica Nacional de Armas de Toledo, por una colección de
armas repujadas; otro, a la firma de Plácido Zuloaga, por sus damasquinados y
orfebrerías, y el tercero, para los señores Sert y Hnos., de Barcelona, por la
calidad de sus lanas.” CALANDA, Ramón, “Querer mucho y poder poco”,
Madrid, Historia internacional, nº2, mayo de 1975, p. 60.
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