Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

cocodrilos que bien podrían ser representaciones de los tatuajes de los
fang. 227
El segundo ídolo pamue (pieza 130) 228 es, según la descripción
[…] muy semejante al anterior y está en la misma actitud; pero sus
dimensiones son algo mayores y su talla un poco más perfecta. Los labios
son distintos de los dientes que se observan apuntados y en número de
siete. No hay penacho sobre la cabeza, y la oreja, que en el anterior es una
informe protuberancia, marca en éste sus verdaderos contornos. En el
cuello resalta un collar de la misma madera que así por su forma como por
sus grabados imita a los de latón, antes descritos. El hombro se distingue
del brazo; las manos cruzadas son distintas y no se confunden entre sí, ni
con el apéndice en forma de vaso que sostienen. Dos tubérculos y dos
contornos marcan el pecho y los pezones. El cuerpo, aunque estrecho no lo
es tanto, y la línea media se prolonga por la parte inferior en un apéndice
cilíndrico, que sirve de espiga a propósito para fijar la sesión de la figura.
Además está pintado de rojo. 229
Ambas piezas son muestra de la importación de objetos de arte primitivo a
través de las expediciones coloniales para el caso de España. Tal y como
mencionamos en el capítulo anterior, en el Museo de Antropología se
conservan valiosos objetos procedentes de las expediciones de Ossorio y
del gobernador de Guinea, Montes de Oca, por los territorios que entonces
se pretendían conquistar para la metrópoli. Aunque sean escasos en
número, son una muestra de recolección y principio de colección en el
campo de la etnografía del país.
Iradier y Ossorio tuvieron una estrecha relación con las sociedades
interesadas en el hecho explorador a finales del siglo XIX. Para el caso de
Manuel Iradier, podríamos comparar la relación que mantiene con la
Sociedad Geográfica de Madrid, con el caso de Speke y Stanley con la
Royal Geographical Society. Así, a la vuelta de su primer viaje, al
comprobar Iradier que los pocos miembros de La Exploradora se habían
dispersado y tras descartar soporte extranjero, acude sin éxito a la
Sociedad Geográfica de Madrid y a la Asociación Española para la
Exploración de África para financiar su segundo viaje. Esta última
sociedad surge en 1876 y es el ejemplo español de las sociedades privadas
227 Para ampliar la cuestión de los tatuajes entre los fang véase SABATER i PI, J.,
SABATER i COCA, J.O., Els tatuatges dels Fang de l’Àfrica Occidental,
Barcelona: Ajuntament de Barcelona, Treballs del museu Etnològic, 1992.
228 En el apéndice documental se reproduce la imagen de esta pieza, número 3.
229 ANTÓN, Manuel, “Etnografía”, Madrid, Anales de Historia Natural, vol. 15,
pp. 337-338.
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