Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

Il a pris forme, il s’est rempli, ce grand triangle vide dans
l’intérieur duquel nous savions à peine tracer quelques lignes indécises,
quand les hommes de la génération étaient au collège ; et le cartographe
berlinois y a teinté en couleurs les ambitions, sinon les acquisitions
effectives de chaque peuple européen. Les Allemands s’attribuent de gros
morceaux, entre autres 15 degrés du méridien au-dessous de l’équateur,
sur la côte orientale. Le vaste territoire qu’ils revendiquent est limitrophe,
par les grands lacs, de l’état belge, de l’état indépendant du Congo, qui va
lui-même rejoindre l’Océan occidental. Or on ne sait jamais combien de
temps un état aussi lointain restera belge et indépendant ; s’il doit perdre
un jour ces deux qualités, on verra vraisemblablement la couleur
impatiente de M. Liebenow s’entendre sur toute la largeur du continent,
d’un océan à l’autre ; un barre gigantesque coupera l’Afrique en deux
tronçons (…) Les adversaires les plus résolus de la politique coloniale ne
prouveront pas que nous puissions nous soustraire aux conditions
communes de l’Europe ; à nous comme à nos rivaux, elles imposent la
fatalité de l’expansion sur le globe. 292
Vogüé se refiere en su texto a la “fatalidad” de la expansión del
colonialismo por todo el globo, pero teme mucho más aun, la expansión
de Alemania en territorio africano. Recordemos que la Conferencia de
Berlín, celebrada cuatro años antes, entre el 15 de noviembre de 1884 y 26
de enero de 1885, fue convocada por Portugal y organizada por el
canciller de Alemania, Otto von Bismarck, con el fin de resolver los
problemas que planteaba la expansión colonial en África y resolver su
repartición. La exploración del río Congo motivó las rivalidades entre
varios países, por lo que el canciller Bismarck actuó como árbitro en la
Conferencia, donde se estableció el Estado Libre del Congo bajo
soberanía de la Asociación Internacional del Congo y la propiedad privada
del rey de los belgas, Leopoldo II, y también un Congo francés, ambos
con salida al mar. La libre navegación por los ríos Níger y Congo así
como el principio del derecho a la posesión del país a partir de un enclave
costero fueron algunos de los puntos más debatidos. Así, la costa
mediterránea africana quedó en manos de Francia y el Reino Unido; la
costa oriental se dividió entre los alemanes al sur y los británicos al norte
y la costa occidental quedó en poder de los belgas, franceses y británicos.
Los italianos consiguieron Somalia y los portugueses, Angola y
Mozambique. Sin embargo, pronto estallaron conflictos por la posesión de
las zonas más estratégicas o más ricas, como en el caso de Túnez, Egipto
y Marruecos.
Este miedo a perder las colonias se manifiesta en varias ocasiones en el
texto ya que, según Vogüé, los “exóticos” representan de algún modo “las
292 Ibíd., p. 463. [el destacado de la cita es nuestro]
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