Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

eneficio por su valor material debido a su factura en oro, un creciente
interés “antropológico” la religión y “manera de ser del indio”.
Pero no sólo fueron las Indias los lugares exóticos desde donde llegaron
objetos. Cabe recordar en este punto que, durante el siglo XVI y los inicios
del XVII, el Pacífico fue un océano de descubrimientos hispanos. A lo
largo de este período los navegantes españoles exploraron y descubrieron
la mayor parte de los archipiélagos comprendidos entre los trópicos -la
Polinesia, la Micronesia y la Melanesia- circunnavegaron Nueva Guinea,
reconocieron los litorales orientales y nororientales de Australia y hallaron
el estrecho de Torres. Sin embargo, muchos de estos descubrimientos se
creen realizados por vez primera a cargo de franceses o ingleses a partir
de la segunda mitad del siglo XVIII, obviando, la mayoría de las veces, las
pioneras expediciones españolas. 119 También se descubrió desde México
el archipiélago Filipino que analizaremos más adelante para el caso de las
colecciones misionales.
A finales del XVIII en pleno período de la Ilustración, cuando las naciones
europeas y más que ninguna Inglaterra resultan hegemónicas tras la Paz
de París, algunos países ponen sus miras en el Pacífico. A partir de ese
momento (1793) y hasta los inicios del siglo XIX se sucede una famosa
etapa exploradora con marinos como Cook, 120 Bouganville, Surville, La
119 Véase el monográfico “Los viajeros españoles por el Pacífico”, Madrid,
Revista Española del Pacífico, Asociación Española de Estudios del Pacífico
(AEEP), CSIC, nº2, año II, 1992, y WALLACE, Olson y PORRÚA, Enrique J.
“Los viajes españoles a las costas de Alaska entre 1774 y 1792 y su contribución
a la etnografía del área”, Madrid, Anales del Museo de América. Ministerio de
Cultura, nº10, 2002.
120 James Cook realiza tres viajes (1768-71, 1772-75 y 1776) acompañado de
varios científicos de diversos países y recopila un gran número de objetos de la
costa noroeste de América. Estos objetos quedaron diseminados por toda Europa
tal y como expone Christian F. Fest: “While the majority of the collections were
brought to England, some were given to Russian officers in Kamchatka (to be
deposited later in Leningrad), and others were left in Cape Town. Captain King
returned with some to his native Ireland, John Webber, the official artist of the
last voyage, gave some to his father’s native city of Bern. Traders sold material to
Germany and Italy. A portion of the artefacts was deposited in […] British
Museum, but the majority went to the private museum of Sir Ashton Lever,
which ultimately had to be sold at public auction in 1806.” FEST, Christian F.,
“From North America”, Primitivism in XXth century art, Nueva York: MOMA,
1985, p. 90.
“In 1886, during the Colonial Exposition in Londres, the first large Tapa masks
from the Gulf of Papua were shown. New Zealand was represented by an
important group of objects from the Buller Collection, and a memorial exhibition
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