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Marina Muñoz Torreblanca - Tesis

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[…]Convenientemente situadas, doce niñas de la aristocracia<br />

barcelonesa, vestidas de tisú de oro y plata y figurando ángeles llevaban<br />

los recuerdos de los Santos Misioneros españoles.<br />

Los santos recuerdos de Misioneros españoles que figuraban en la<br />

carroza, eran: El Crucifijo, llamado del Cangrejo, de San Francisco Javier,<br />

perteneciente al tesoro de la Capilla del Palacio Real de Madrid; el bastón<br />

del mismo Santo, perteneciente al Excmo. Señor Duque de Villahermosa,<br />

y que por primera vez salía del palacio de aquella noble Casa; una sandalia<br />

del gran Apóstol de Oriente, su birrete, su libro de lectura espiritual, una<br />

carta autógrafa del mismo dirigida al Rey de Portugal, un pedazo del<br />

lienzo que sirvió de mortaja al gran misionero jesuita; el libro de rezo de<br />

San Luis Beltrán, gloria insigne de la Orden Dominicana; el cáliz con que<br />

celebraba el Santo Sacrificio el Beato Acevedo; una túnica de seda del P.<br />

Arjo, martirizado en China, y la sotana del P. Sanvítores, S. J., protomartir<br />

de Oceanía. 499<br />

Según la crónica del mismo acto publicada en La Vanguardia a fecha del<br />

30 de junio de 1929, la procesión constituía “una nota llena de colorido,<br />

de un pintoresco abigarramiento, en el que la gracia infantil de los<br />

pequeñuelos realzaba los exóticos atavíos, contribuyendo a que el cortejo<br />

despertara a su paso la admiración de todo el mundo”. 500 Según el<br />

cronista, “la gracia infantil” y el exotismo de los trajes era el reclamo para<br />

la multitud que se concentraba en ese día. Pero no se han hallado más<br />

evidencias a la presencia de los niños ataviados con trajes de otros países.<br />

Es difícil probar el hecho misional con la presencia de los niños vestidos<br />

de “Chinos, japoneses, moros de las islas oceánicas, tagalos indígenas de<br />

la India inglesa, pieles rojas, turcos, wolcos indígenas de Fernando Poo,<br />

negros congoleses, árabes, etc.”, pero no es la única muestra si se compara<br />

con otros ejemplos que aparecen en la prensa de la época. Incluso podría<br />

llegar a considerarse que disfrazarse con trajes de otros países, era una<br />

“costumbre” entre los colegios religiosos de la época. En la publicación<br />

religiosa La Hormiga de Oro, se reproducen varias fotografías de grupos<br />

de adultos y niños vestidos con indumentarias del Otro, como por<br />

ejemplo, el caso de unas niñas vestidas de orientales de un colegio de Las<br />

499 Barcelona, Revista de la Exposición Misional Española, n º 10, julio de 1929,<br />

pp. 471-480. [el destacado es nuestro]<br />

500 “La Exposición Internacional, El acto inaugural”, Barcelona, La Vanguardia,<br />

domingo 30 de junio de 1929, p. 9. [el destacado es nuestro] Se reproducen<br />

fotografías en las publicaciones barcelonesas Las Misiones Católicas, Revista de<br />

las familias, 1929, año 37, pp. 141 y en “Barcelona: Inauguración del Palacio de<br />

Misiones”, La hormiga de Oro, n º 27, 4 de julio de 1929, portada, pp.446-449<br />

reproduce un total de 15 ilustraciones.<br />

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